Margarita Michelena nació en la ciudad de Pachuca, Hidalgo; hija de padres españoles (Benita y Leopoldo), fue llamada Margarita en honor a Santa Margarita de Alacoque.
De acuerdo con un relato que hiciera su hija Andrea Cataño, fue en su casa donde Margarita fue cautivada por la lectura y por la literatura, a la que la acercaron sus familiares, en especial su tía María Mancera, quien fue determinante para que la pequeña aprendiera a leer a los cinco años de edad.
En el texto Nacer Bellairosa publicado por Elvira Hernández Carballido, se cita a Cataño recordar cuando su madre contaba que habían sido los poemas de Luis de Góngora los que habían determinado su amor por la poesía.
Unos años después dejó su bellairosa tierra para seguir el llamado de su vocación y en la capital mexicana se inició en la poesía. Estudió la preparatoria en San Ildefonso y la universidad en el rumbo de San Cosme.
Según sus biógrafos, Margarita comenzó su carrera literaria en la revista América y posteriormente fue editora de El libro y el pueblo, de la Secretaría de Educación Pública.
Su poesía vio la luz con la publicación de Paraíso y nostalgia, en 1945, al que seguiría Laurel del ángel (1948). Un año después, en 1949, se casó y fruto de ese matrimonio tuvo dos hijos: Adriana y Jesús.
Sus inquietudes eran muchas y lo refleja en la posterior publicación de Tres poemas y una nota autobiográfica (1953), La tristeza terrestre (1954), El país más allá de la niebla (1969), y una antología llamada Reunión de imágenes (1969).
Así como en la primera estación de radio fundada por mujeres Radio Femenina, en la que estuvo entre 1952 y 1959; y en los años 60 incursionó en publicidad, con una frase sintética y contundente Mejor mejora mejoral.
Luego fue editora política de los periódicos Novedades y Excélsior, y tuvo otro programa de radio, ahora en el que respondía preguntas lexicográficas, mientrsa que para 1967 obtuvo el puesto de jefa de prensa de la Secretaría de Turismo.
En 1978, Margarita reunió a varias escritoras y periodistas para fundar el primer diario a nivel mundial elaborado exclusivamente para mujeres: El Cotidiano, cuyo lema era “La expresión de la mujer en la noticia”.
Cuentan que en 1995, un síndrome provocó que su cerebro drenara líquido y empezara a perder lucidez, a caminar con dificultad, a perder el habla, y que por tres años libró una dura batalla por recuperarse, entre otras secuelas, de una parálisis facial. Michelena murió el 27 de marzo de 1998.
