Si algo nos ha gustado de este mundial de Rusia que ya está por terminar, es la globalización que se ha manifestado porque es para muchos (me considero) donde selecciones que anteriormente sólo pasaban desapercibidas, ahora han dado muestras de que las fronteras se han disminuido y el que es considerado el deporte más hermoso del universo, lo puede ganar cualquiera porque a la mayoría, después de que se quedaron las llaves de las semifinales, se anhelaba que el próximo domingo para alcanzar la mayor gloria del futbol, se toparan las representativos de Bélgica y Croacia en el que alguno de ellos ganaría por primera vez, la máxima justa del balompié.
Pero es un verdadero gozo que los croatas se hayan metido a la final y aunque se encuentren como víctimas propicias, será un placer ver a un país que luchó por independizarse de la antigua Yugoslavia junto con Eslovenia en marzo de 1991 y que ahora se encuentran para que, en futuras competencias internacionales, su escudo formado por un blasón ajedrezado, se imprima una estrella (que envidia de la buena).
Es una verdadera muestra de que este pequeño país, con solo un poco arriba de cuatro millones de habitantes, puede lograr cosas grandes y a pesar de que la única vez que se enfrentaron con Francia en una Copa del Mundo fue también en la semifinal de 1998 que organizaron los galos donde cayeron 2-1, ahora contra todos los pronósticos van por la revancha y en contra del esfuerzo físico que han realizado ya que, por tal, los franchutes les llevan con 24 horas de descanso que es algo que se podría que tener en cuenta.
Será un encuentro de estrellas estando por un lado, la sensación de la competencia y seguro, en un futuro, el mejor jugador del mundo como lo es el francés Kylian Mbappé mientras que, por el otro lado, está la figura de Luka Modric y en el cual, el conjunto de Didier Deschamps, llega por tercera ocasión al límite del máximo evento futbolístico donde ganaron en 1998 en su país venciendo 3-0 a Brasil mientras que en el 2006 en Alemania, cayeron frente a Italia en serie de penaltis en una escena que nunca se nos olvidará cuando Zinedine Zidane, cansado de las babosadas que le decía el estúpido de Marco Materazzi, le asestó un cabezazo en el pecho y en donde se aplicó por primera vez el famoso VAR (aunque no estaba estipulado) ya que, el árbitro argentino Horacio Elizondo, se apoyó con su asistente para expulsar al ex-técnico del Real Madrid y dejar a los franceses a merced de los azzurri.
La resurrección de la escuadra gala no es producto de la eventualidad porque esta generación se nota que se ha renovado precisamente con el jugador del PSG así como N→ golo Kanté y Paul Pogba teniendo al del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, como el jefe del medio campo y aunque empataron contra Dinamarca en un partido infame, el guardar a los jugadores clave frente a los daneses, les dio para liquidar a dos sudamericanos como fueron Argentina y Uruguay.
