AMLO: Incertidumbre o esperanza
Ya en los albores del año 2000 la impaciencia y hartazgo de la sociedad Mexicana se manifestaba en tímidos silencios de los excesos y saqueos sistemáticos de los recursos del país, por los consentimientos del sistema priista. De las patrañas electorales, robos de urnas, compra de conciencias, imposiciones, pago de favoritismos y cochupos legislativos, corrupción, mafias sindicales, impunidad institucionalizada. Práctica cínicamente ejercida en más de 7 décadas. Alguien que supo interpretar, a su manera, esos abusos fue Vicente Fox, quien ilusionó al país, y, a muchos de distinto pensamiento político que él, sacando de los pinos a las insoportables dinastías dinosáuricas del PRI. Esperanzas y esfuerzos inútiles, ya que los cambios prometidos se quedaron atorados y atados en pies y manos, dizque, por las cámaras legislativas. El gobierno Foxista se llevó a cuestas las frustraciones de todo un país.
Inesperadamente y “haiga sido como haiga sido” llega al poder el panista Felipe Calderón y en el afán de erradicar, la ya incontrolable criminalidad de los grupos organizados, éste les declara, en un irracional exceso de ingenuidad y machismo, la interminable y lamentable guerra que hasta nuestros días y, ni con el continuismo y fallido gobierno Peñista ha tenido fin. Todo lo contrario, ha aumentado y estimulado crímenes, excesos y los descarados y protegidos robos de sus gobiernos.
Durante esos tres sexenios hubo silencio en partidos y cámaras. Ausencia de líderes, ni sociales ni institucionales. Sólo uno levantó nuevamente la mano, a quien por mucho tiempo le llamaron el “peje”, quien sensiblemente supo escuchar, sobre todo a los más desposeídos, interpretó sus lamentos. Recorrio el país tropezando con las mismas súplicas y enojos; con las mismas promesas incumplidas y con las mismas pobrezas. Él, supo demandar y acusar. Ser la voz de muchos. Enfrentó a periodistas, todo tipo de intelectuales y politólogos. Mientras este personaje se configuraba como líder nacional, los del PRI vergonzosamente saqueaban al país y los del PAN se hacían harakiri con envidias y traiciones.
En la medida que el movimiento Lopezobradorista avanza se empezaron a oir las voces de los aludidos, de los acusados. Se inicia una nueva guerra contra él “el peligro para México” de grupos conservadores asustando al país con comunismos, socialismos, dictaduras y populismos. Se inundaron las redes de súplicas y rosarios haciendo cruces al demonio en puerta. De uno y otro lado se aprovechó la conciencia ingenua. Creando desinformación dudas y desconfianza y, éstas, a la vez, inventaron sus propios miedos que crearon sus propios fantasmas y delirios apocalípticos. Así vivió México estos días pasados.
Finalmente llega al poder, como todos sabemos, Lopez Obrador. Y, quienes esperábamos un discurso incendiario lapidador, declaraciones infernales como se había profetizado, todo lo contrario, su discurso fue conciliador. creo que la Madre Teresa de Calcuta lo hubiera hecho mucho mejor que él a favor de los pobres del mundo.
El cambio está hecho, ahora nos toca, simpatizamos o no con AMLO convertirnos en agentes de ese cambio por el bien de México.
Fernando Mendoza Castañeda
Zapopan, Jal.
