Luka Modric con sus hijos Ivano y Ema, y el hijo de su compañero Domagoj Vida, en el campo de Sochi. (EFE)
Sochi, sede en 2014 de los Juegos Olímpicos de Invierto bajó en horas el telón como escenario de la Copa del Mundo por la que desfilaron trece selecciones y en cuyo estadio, con capacidad para unos 45 mil espectadores, se jugaron durante 23 días 6 partidos para un global de 270 mil asistentes.
La ciudad bañada por el mar Negro y que mira de cerca a los montes del Cáucaso pudo ampliar su leyenda como escenario polideportivo si la selección rusa hubiera vencido ayer a Croacia y con ello se instalaba en las semifinales por primera vez en la historia de la Copa del Mundo.
Las calles aledañas al estadio Olímpico Fisht están teñidas en las horas previas al encuentro de rojo y blanco, colores que identifican tanto a la Sbornaya que orienta Stanislav Cherchésov como a los Vatreni, también conocidos como Ajedrezados y en cuyo banco está Zlatko Dalic.
Sochi fue el palco por el que desfilaron trece selecciones, lo que la convirtió en una suerte de ONU del futbol.
El balón rodó por primera vez el 15 de junio con el partido entre Portugal y España (3-3), y en los días siguientes jugaron Bélgica y Panamá (3-0), Alemania contra Suecia (2-1), Australia frente a Perú (0-2), todos en la fase de grupos.
Por octavos de final el Fisht recibió el encuentro entre Uruguay y Portugal (2-1), y para cerrar se espera el duelo de cuartos entre rusos y croatas.
A falta de ese encuentro, se han registrado 17 goles, para una elevada media de 2.8 por partido.