En tiempos mundialistas el tema de moda es Bélgica y cómo en cuestión de años formó la mejor camada de futbolistas de su historia: Fellaini, Benteke, Kompany, Hazard, Vertonghen, Vermaelen, Lukaku, Van Buyten, Mignolet y Mertens, por nombrar a algunos.
Michel Sablon, director técnico de la Federación Belga, encabezó un plan en 2002 que dividió en tres partes: selección, clubes y entrenadores de escuelitas de futbol.
Sablon fue a cada uno de los equipos que participan en la Jupiler Pro League y les pidió que todos los equipos de divisiones menores jugaran con la formación 4-3-3 con 2 pegados a las bandas.
"Tomó alrededor de 5 años para que todos los clubes aceptaran, porque a la mayoría de los entrenadores y de los equipos lo único que les importaba era ganar, nada más."
Después, Sablon acudió a cada una de las universidades de Bélgica y les pidió grabar los partidos de sus equipos de futbol. La conclusión: "ganar a cualquier costo" era la filosofía de los equipos universitarios. Situación que, por supuesto, estaba sobrevalorada y ocasionaba falta de técnica a los jóvenes jugadores.
Sablon consiguió convencer a los entrenadores de ligas infantiles a que los niños jugaran en equipos de 5 contra 5 para tener más contacto con el balón, 8 contra 8 los más grandes; y además retrasar lo más posible el jugar 11 contra 11.
"Antes jugábamos once contra once, hasta que nos paramos a analizarlo. Los jugadores no tocaban el balón, corrían sin ganas…, así que cambiamos lo que hacíamos y les pusimos a jugar 5 contra 5 hasta los siete años y después 8 contra 8 hasta los diez y luego ya 11 contra 11".
A los clubes les pidió programas para pulir sus talentos, a través de seguimientos y ejercicios específicos.
Hoy, Bélgica está calificado a semifinales y será la prueba de fuego que medirá el verdadero alcance de los Diablos Rojos pulidos por Sablon.
Mientras tanto, en México, es incuestionable lo bien que están trabajando los clubes y la FMF en la producción de jóvenes: títulos mundiales y subcampeonatos en categorías sub-17, además de un tercer lugar en categoría sub-20.
¿Entonces por qué estos avances no se ven reflejados en la selección mayor? No hay que cegarnos, la sub-17 es la categoría más lejana al profesionalismo. Muchos jugadores que son los mejores de la división no llegarán a jugar a Primera. ¿Por qué? Porque los jóvenes mexicanos pasan a estar bajo las órdenes de técnicos sub-17 o sub-20 a quienes se les evalúa por resultados y no por pulir jugadores. Por ello, a la gran mayoría no les importa hacer mejores futbolistas, sino "ganar a cualquier costo" para conseguir mejores contratos e incluso para buscar la oportunidad de dirigir en Primera.
Es hora de que la FMF también dé el siguiente paso: más formadores, menos entrenadores. Tomemos el ejemplo de Bélgica.
