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UNA REFLEXIÓN SOBRE EL DOLOR PSICOLÓGICO

"No vale nada la vida, la vida no vale nada. Comienza siempre llorando y así llorando se acaba, por eso es que en este mundo la vida no vale nada".

Este pasaje de la canción mexicana "Camino de Guanajuato", del compositor y cantante José Alfredo Jiménez, me pareció muy interesante, y se me ocurrió utilizarlo como referencia al tema del artículo de hoy por su connotación nihilista y expresión de dolor emocional. Quizás el Sr. Jiménez no tenía esta intención al escribirla y simplemente fueron letras que surgieron de su inspiración y estado de ánimo debido a la pérdida reciente de su hermano Ignacio. Quizás fue una forma simple y no complicada de manifestar su duelo, y quizás soy yo quien vio en su contenido un aspecto profundo y fatalista. Lo interesante del párrafo de la canción es que expresa hasta cierto grado que la vida no tiene valor ni sentido, y ésta es la idea de este artículo.

Mi inspiración sobre este tópico surgió después de leer los datos sobre el suicidio publicados recientemente en El Siglo de Torreón. De acuerdo a los datos publicados la semana pasada, en lo que va de este año se han registrado 120 casos de suicidio en el estado de Coahuila. Esto representa mas de la mitad de los 214 suicidios reportados en 2017. De esta cantidad, casi dos tercios (64%) fueron personas menores de 30 años. A simple vista, este aumento es significativo y alarmante si la tendencia continúa o empeora. México sigue siendo uno de los países con una tasa baja en el número de suicidios, sin embargo, el punto es que la tasa de suicidios en Coahuila se ha disparado en comparación con el año anterior. Más que un análisis estadístico, el objetivo de este articulo es estimular una reflexión sobre uno de los factores subyacentes que impulsa a una persona a terminar con su vida: El dolor psicológico o emocional.

Como clínico en un centro psiquiátrico penitenciario, tuve experiencias de ver directamente en los internos un proceso de sufrimiento, auto destrucción y de quitarse la vida intencionalmente. Los factores causantes de la conducta auto destructiva eran muy diversos, y los mas comunes eran factores internos o psicológicos, por ejemplo, sensación de angustia o sufrimiento, la cual muchos clínicos en salud mental etiquetaban como un estado depresivo agudo. Aunque en varios de los casos el diagnostico de depresión clínica era aplicable, en otros no existía algún indicador de una condición depresiva o de desorganización mental o psicótica. Los otros factores eran de tipo externo o medio ambientales, por ejemplo, rechazos familiares o de la pareja (divorcio), pérdidas familiares, deudas o pérdidas financieras, cualquier tipo de malas noticias incluyendo alguna enfermedad terminal, como cáncer, o alguna experiencia violenta y traumática.

El dolor psicológico es visto como un estado de estrés muy severo o extremo, asociado con situaciones que tienen que ver con el estado físico, psicológico, social o existencial de una persona. El concepto está relacionado a una sensación de desesperación y sentimiento de que la vida no tiene valor. Algunos de orientación religiosa le llaman dolor espiritual o dolor en el alma.

Un grupo de investigadores en salud mental de Italia y Dinamarca revisaron varios estudios sobre la relación entre el dolor psicológico y suicidio (Revisión sistemática de estudios sobre el dolor psicológico y suicidio, junio 2016). Estos investigadores definen el dolor psicológico como una experiencia subjetiva caracterizada por sentimientos intolerables de culpa, vergüenza, humillación, soledad, miedo y angustia, no necesariamente como resultado directo de una depresión. La persona está muy confundida, distanciada socialmente, desconectada y muy frágil emocionalmente con una sensación de vacío, y una capacidad para controlar impulsos muy débil. La angustia abrumadora hace que la persona tenga ideas de suicidio constantes como forma de escaparse del dolor emocional, hasta que de forma impulsiva decide planear y terminar con su vida. Estos investigadores consideran el suicidio "una solución permanente a un problema temporal". Para ellos, el dolor psicológico normalmente es un factor que puede dar una pista sobre vulnerabilidad o alto grado de riesgo suicida.

Por supuesto que la depresión es un factor de riesgo muy importante a considerar en una persona con potencial para suicidarse, por lo tanto, deben de tomarse las precauciones debidas y de forma inmediata. Sin embargo, a veces la fatiga o falta de energía, la falta de concentración o la indecisión, no le permite desarrollar un plan para hacerlo, lo cual da tiempo para prevenirlo. Un suicidio en una persona clínicamente deprimida muchas veces no ocurre sin un dolor psicológico.

Para un persona que sufre de un dolor psicológico la vida no vale nada, como dice el maestro José Alfredo Jiménez. Para ayudarles a salir de este dolor mental profundo, es necesario facilitarles de algunas de sus necesidades psicológicas básicas: empatía, pertenencia, aceptación, reconocimiento, cercanía o contacto humano, independencia. Como siempre, la intervención de un psicólogo clínico o psiquiatra es recomendable lo mas pronto posible. Y a nivel estatal ojalá las autoridades apropiadas estén tomando medidas sistemáticas de intervención para controlar el incremento en suicidios. Gracias por su interés en esta columna.

  Por: Mtro. Francisco Pineda

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