EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Esplendor y decadencia de un pueblo originario de Norteamérica

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

 UN ENFOQUE CIENTÍFICO

Hace algunos años tuve la oportunidad de visitar las ruinas de una antigua cultura en Nuevo México, Estados Unidos. Le llamaban Pueblo Bonito, como lo nombraron los españoles a su llegada varios siglos después de su desaparición.

Las ruinas se encuentran en el Cañón del Chaco, el cual fue declarado Parque Histórico Nacional de la Cultura Chaco (Chaco Culture National Historical Park) el 19 de diciembre de 1980 y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco el 8 de diciembre de 1987.

La abulia acumulada durante el largo viaje que inició en Alburquerque, es dejada de lado para dar paso a la sorpresa y a la curiosidad cuando aparece aquel conjunto fantástico de piedra que alberga viviendas y salas religiosas. Desde lejos aparece una estructura pétrea que se integra de una forma armoniosa y delicada al paisaje. De cerca no es menos sorprendente, desde que entras se percibe un espíritu holístico donde existe una estrecha relación horizontal y vertical de todos los componentes del conjunto residencial de hasta seis niveles que incluye aproximadamente 800 viviendas y un buen número de salas ceremoniales de construcción circular. Todo esto en una superficie de aproximadamente una hectárea y media.

Pueblo Bonito fue construido hacia el año 820 por el pueblo de los anasazi, los cuales lograron desarrollar una civilización floreciente y espléndida cultura. Fueron grandes constructores, ya que consiguieron construir las edificaciones de piedra más grandes y más altas de los Estados Unidos, y también buenos agricultores, que les permitió desarrollar una sociedad agrícola compleja.

Jared Diamond en su libro Colapso estudió a los anasazi y sus vecinos, su florecimiento, desarrollo y decadencia. Hacia el año de 1300 los anasazi abandonaron sus ciudades y emigraron a otros lugares para no regresar jamás. Se quedan vacíos los asentamientos que aun hoy deslumbran a los que los visitamos. Sus redes de conexiones que conectaban a todos los diferentes centros de población incluso en línea recta. Sus edificaciones de piedra y vigas de madera que en no pocas ocasiones sorprenden por el reto que significó construirlas como torres al borde del abismo, como ocurre en otra ciudad de los anasazi Mesa Verde ¿Por qué construir en lugares tan inaccesibles? La mejor explicación es que los anasazi construían fortalezas como Pueblo Bonito y Mesa Verde, para defenderse de los ataques de otros grupos, esto es, la guerra vuelve a ser una de las principales causas que escriben el epílogo de sociedades organizadas.

Las ciudades ahora en ruinas, muestran señales claras de que "se vivía en familia, de campos de cultivo, de comercio y conocimiento, pero también de crisis, crímenes y colapso social." Pero como lo señala Jared Diamond la desaparición de una civilización como la de los anasazi sólo se puede explicar a través del análisis de diferentes causas y sus interrelaciones. Este autor resume así a manera de hipótesis, las causas interrelacionadas que probablemente causaron el ocaso de los anasazi: "cómo interaccionan el impacto ambiental humano y el cambio climático, cómo los problemas medioambientales y demográficos agudos desembocan en la guerra, cuáles son los riesgos que asumen las sociedades complejas no autosuficientes que dependen de las importaciones y exportaciones, y cómo las sociedades desaparecen súbitamente poco después de haber alcanzado su cumbre de poderío y de cifras de población."

El enfoque científico multidisciplinario y de síntesis utilizado para estudiar las causas hipotéticas del colapso social de los anasazi es muy interesante pero con frecuencia pasa desapercibido. En este caso particular arqueólogos, antropólogos, paleobotánicos, dendroconólogos unieron fuerzas con expertos en la simulación de sistemas sociales para desarrollar un modelo que permitiera reconstruir la historia de los anasazi.

Pero el funcionamiento de un modelo de simulación requiere de fuentes de información de calidad y las que se encontraron son verdaderamente extraordinarias. Por ejemplo, a partir de las paleomadrigueras de una determinada especie de ratón, los paleobotánicos reconstruyeron los cambios de vegetación local. A partir del estudio de los anillos de los árboles que habían sido cortados para construir las ciudades, se pudo conocer con precisión de un año, la edad de las edificaciones. Aunque la utilidad más importantes del estudio de los anillos de los troncos usados como vigas, fue la reconstrucción de las variables climáticas que fueron fundamentales para entender la historia del pueblo en cuestión.

El modelo funcionó notablemente bien, así lo muestra la simulación de los cambios demográficos, así como los cambios asociados a un clima poco favorable que afectaron a la mayoría de las ciudades de los anasazi, principalmente sequías severas que junto con la deforestación afectaron al suelo, haciéndolo menos productivo. Por otro lado, cuando disminuían las cosechas se incrementaba la presión sobre las especies que cazaban, ocasionando la disminución de estas.

Que le faltó al modelo, ciertos factores sociales y políticos, que desafortunadamente eleva la incertidumbre de los resultados del mismo. Pero nada es perfecto, solamente perfectible y gracias al modelo de simulación ahora se conocen muchos aspectos de la civilización perdida de los anasazi.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: A la ciudadanía

Noticias relacionadas

Siglo Plus

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1474631

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx