Quería demostrar el papel del marketing engañoso en la venta de productos alimenticios. (INTERNET)
El artista Douglas Bevans aprovechó un festival al aire libre que se celebraba en Vancouver, Canadá, para vender agua de hot dog.
Lo que hizo fue embotellar el agua que usó para hervir salchichas para hot dogs, diciéndole a la gente que les ayudaría a mantenerse más jóvenes y bajar de peso, recuenta el diario Mirror.
La gente, sorpresivamente, compró el producto y pagó 38 dólares por cada botella. Se trataba tanto de una broma como de un acto para crear conciencia social sobre el marketing relacionado con la ‘comida saludable’.
"Hot Dog Water en un absurdo que espera fomentar el pensamiento crítico relacionado con el marketing de productos y el importante papel que puede desempeñar en nuestras elecciones de compra", leían en letras pequeñas los panfletos entregados a los compradores.
Bevans dice que así, muchas personas lograron entender el engaño, aunque no todos se percataron de la realidad.
DA.