Tiempo hubo que, en reunión de amigos, de familiares, o simplemente en las relaciones profesionales de carácter laboral; en la oficina, en la escuela, en la fábrica o en el taller se evitaba hablar de futbol...
De religión o de política, porque eran temas en los que resultaba muy difícil, y a veces prácticamente imposible, llegar a un punto de acuerdo entre los concurrentes, convirtiéndose la plática en discusiones álgidas subidas de tono que frecuentemente terminaban en pleito y en enemistades. Las señoras de las casas, exclamaban impacientes: "Ya van a empezar a hablar de política… cambien de tema".
Si en la reunión amistosa o familiar, estaban presentes el alcohol o la cerveza, la situación se volvía más complicada, pues de las palabras se pasaba a la acción, y de los argumentos a los puños; las ideas eran sustituidas por los golpes, y aquella reunión que comenzó cordial, terminó, como se dice coloquialmente, en "una cena de negros".
Hoy los temas son ineludibles, como materia de conversación. El triunfo que la selección mexicana de futbol obtuvo sobre Alemania, considerada como potencia mundial en esta rama deportiva, triunfo que por muchos se califica como un hecho histórico, por ser la primera vez que México le gana a los germanos en un partido oficial de categoría internacional, es motivo suficiente para que se aborde como tema de plática: todos desde sus respectivos ángulos de observación, se convierten en cronistas deportivos, y narran, según su punto de vista, como se desarrolló la jugada para que Irving Lozano, "El Chuky", la convirtiera en gol, provocando el entusiasmo y la euforia de los aficionados mexicanos, tan necesitados de victorias como ésta, "para afianzar nuestra mexicanidad".
Todos vimos como Guardado roba una pelota en medio campo, y la cede a Moreno, quien de manera destacada, filtra un pase perfecto al "Chicharito" Hernández, y éste, ganándoles por velocidad a sus marcadores, envía un tiro largo a Lozano, que por la izquierda recibe el balón y burlando a la defensa alemana, dispara fuerte y contundente, para vencer al portero teutón, y ¡gol, gol, gol, de México, gol de Chuky Lozano!, al minuto 35 del primer tiempo. En el segundo período del partido, México se dedicó a defender su ventaja, y aunque sufrió terriblemente para conservar el marcador a su favor, así se mantuvo hasta que el árbitro pitó el final del encuentro futbolístico de mexicanos y alemanes, al minuto noventa y cinco, compensando cinco minutos por las suspensiones que hubo.
Y a celebrar en el estadio donde se llevó a cabo el partido, en esta Copa del Mundo de Futbol Rusia 2018, a celebrar en las calles y plazas de Moscú, ciudad a la que según cronistas y narradores, asistieron 35 mil mexicanos a presenciar la participación de la selección azteca; a celebrar en nuestro país, en el Ángel de la Independencia, en el Monumento de la Revolución; a celebrar en todas las ciudades de todos los estados de la República.
Por ser Día del Padre, este domingo 17 de junio, mi hijo Raúl y su esposa Katia, así como mi nietecito Mateo André; y Valeria, mi hija, con su esposo Pedro, y mis dos nietos, Pedrito y Raulito, tuvieron la gentileza de invitarme a desayunar para celebrar día tan especial, y acompañado de Lupita, mi esposa, desayunamos en un céntrico restaurante, para convivir en familia, aprovechando ver por televisión el partido México-Alemania.
El restaurant estaba saturado; se respiraba un ambiente festivo, de cordialidad, de entusiasmo, de optimismo, de confianza en nuestro equipo, en nuestro País, y cuando el partido llegó a su fin, un grito espontáneo y al unísono, una exclamación de ¡México!, ¡México!, ¡México!, nos identificó a todos los concurrentes a pesar de no conocernos, pero nos sentíamos unidos por el triunfo deportivo alcanzado por el equipo tricolor.
Claro, y en eso podremos estar de acuerdo muchos mexicanos, no es el futbol, ni cualquiera otro deporte, o espectáculo diferente, lo que nos da identidad. México tiene muchos problemas que deben ser atendidos y resueltos por quienes tienen responsabilidad de hacerlo, para que podamos vivir en un clima de paz y armonía, pero eventos como el del domingo 17 de junio merecen ser valorados y considerados en su real y justa dimensión. No dejamos de ser mexicanos por asumir esa actitud. La realidad es que el futbol es un deporte de masas que apasiona y mueve la voluntad.
Nuestra identidad como mexicanos, deriva de un conjunto de factores sociológicos, como son un pasado histórico común, el idioma, las tradiciones, el Himno Nacional, la Bandera, contenidos culturales que dan origen al concepto de nacionalidad y de Patria, que nos identifica y nos distingue de otros.
Así, entre faltas cometidas por los jugadores, tiros de esquina, fueras de lugar, disparos fallidos, infracciones no sancionadas por el árbitro; jugadas que casi terminan en gol, el sufrimiento de los mexicanos por detener el ataque desesperado de los alemanes, las espectaculares atajadas de Ochoa, portero de la selección mexicana, para evitar la anotación teutona, entre todos estos incidentes del juego, sale a colación el tema electoral, en las personas que ocupan las distintas mesas del concurrido negocio de comida, pues es un asunto de importancia trascendente y esencial para la vida política del país, que a todos debe involucrarnos e interesar, pues de su resultado depende el futuro de México y de sus instituciones. Hasta los niños están interesados en esta cuestión.
Es oportuno y propicio comentar en este Enfoque, que frecuentemente recogemos a nuestro nieto Pedrito al término de su jornada escolar; lo hacemos cuando a su madre, nuestra hija Valeria, por sus ocupaciones, le resulta complicado pasar por él. Un día cualquiera de éstos que corren, lo recogimos y en el trayecto hacia la casa, a bordo del automóvil, encendí el radio del auto, en el preciso momento en que se escucha el mensaje del INE: "los siguientes anuncios políticos se trasmiten por disposición legal y de manera gratuita", y comienza la propaganda publicitaria de los partidos políticos y de sus candidatos, que ya todos conocemos.
Nuestro nieto viene en el asiento trasero del vehículo; repentinamente y de manera sorpresiva, lo que me produce satisfacción personal, nos pregunta: ¿ustedes por quien van a votar?, dirigiéndose a mi esposa y a mí. Digo que me genera satisfacción, porque ver a un niño de apenas seis años, que cursa el primer grado de primaria, que se interese por este tipo de cuestiones y le genere una reflexión, aunque aparentemente por su corta edad, no comprenda aun la trascendencia y significado de las mismas, permite adelantar que viene una generación informada e interesada en temas políticos, como el saber por quién se va a votar para que ocupe determinado cargo de responsabilidad en la función pública.
El niño sigue con su monólogo, y expresa: Yo voy a votar por. . . guarda silencio y vuelve a preguntar: ¿Yo puedo votar, abuelito? Le replico: aun eres muy niño, hijo; se vota cuando se cumplen 18 años, cuando la persona es ciudadano. Y arremete: "¿Por qué no puedo votar, Abu? los niños también tenemos derechos". Claro que sí, Pedrito, pero hay que tener edad para ejercerlos, porque con los derechos vienen también las obligaciones que se tienen que cumplir. Cuando tengas 18 años, es decir, cuando seas ciudadano, entonces podrás votar, y no sólo eso, sino que también podrán votar por ti para algún cargo. Pero me gusta que desde ahora, siendo tan pequeño, ya pongas atención en estos asuntos. Te felicito, hijo. El niño calló, y en silencio hicimos el trayecto que nos faltaba para llegar a casa. Y reflexiono: ¿En qué se quedaría pensando?
No se puede separar, en este momento, la cuestión deportiva del tema político-electoral. El domingo primero de julio, día de la jornada electoral, los mexicanos tenemos y debemos ir a las urnas para elegir a la persona que gobernará al País durante los próximos seis años, elegiremos a los senadores y diputados federales que integrarán el próximo Congreso de la Unión; en algunos estados se elegirá un nuevo gobernador, presidentes municipales y diputados locales.
Pero ese mismo primero de julio, dentro de una semana exactamente, hay dos partidos de futbol, dentro de la Copa Mundial Rusia 2018; jugarán en octavos de final, el primer lugar del grupo B contra el segundo lugar del grupo A; y el primer lugar del grupo D contra el segundo lugar del grupo C. Uno de éstos puede ser México, si logra clasificarse a la siguiente ronda. Ojalá. Si tal fuese el caso, estos encuentros futbolísticos pudieran ser un distractor e inhibir a los ciudadanos para ir a votar, generando un abstencionismo que no es conveniente. Esperamos no suceda.
En Durango, votaremos para elegir al próximo titular del poder ejecutivo federal, así como a los integrantes del poder legislativo de la Nación, y a diputados locales, algunos de los cuales van por la reelección.
Para cumplir tal obligación y ejercer el correlativo derecho, debemos estar bien concentrados, perfectamente informados y muy conscientes de la responsabilidad que implica emitir nuestro voto por la persona o personas adecuadas; para que no vayamos a equivocarnos; identifiquemos a los falsos profetas y a los simulados redentores que sólo quieren el poder para servirse y aprovecharse de él, en su personal beneficio, pues si incurrimos en error, el país no lo perdonará, ya que en tal circunstancia, le hacemos más daño que si no votáramos. Pero no vamos a dejar que otros decidan por nosotros. ¿O, qué?
