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Educación ambiental en Jimulco

A la ciudadania

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

Cada vez que hablamos de los problemas ambientales que enfrentamos día a día, señalamos que gran parte de ellos constituyen retos que sólo será posible resolverlos o revertirlos durante prolongados períodos de tiempo, algunos ya nos alcanzaron y otros nos han rebasado, de ahí que los esfuerzos que se están realizando desde el gobierno, las empresas y los ciudadanos, con este propósito deben valorarse, particularmente cuando se centran en cambiar los valores de las personas, aquellos que les conducen a agredir la naturaleza por otros que la respeten y permitan la convivencia con ella.

Uno de esos esfuerzos que vale la pena comentar, porque no solamente debemos matizar los problemas, sino también los avances o logros obtenidos, es el que realiza Fundación Jimulco, en sinergia con oficinas del Gobierno municipal como las direcciones de Medio Ambiente y del Instituto Municipal de la Mujer, y estatal como las secretarías de Educación Pública y Medio Ambiente de Coahuila, en la reserva ecológica municipal Sierra y Cañón de Jimulco, en el municipio de Torreón, a través de la implementación de un Programa de educación ambiental y equidad de género en el sector educativo formal.

Dicho programa, que hoy concluye su tercer ciclo escolar, fue diseñado para promover entre los niños y jóvenes de las once escuelas de primaria, secundaria y preparatoria, que se ubican en las comunidades de esa área natural protegida, un cambio en sus percepciones y actitudes ante el entorno en que viven, donde existen ecosistemas que no han sufrido alteraciones antrópicas que modifiquen significativamente su condición original, y una abundante y singular biodiversidad.

Cada ciclo escolar involucra alrededor de doscientos cincuenta niños y jóvenes que participan en setenta y siete talleres de educación ambiental y equidad de género, que culminan en actividades colectivas dentro de sus escuelas y comunidades, son escolares de sexto de primaria, tercero de secundaria y preparatoria que conforman clubes ecológicos identificados con alguna especie nativa de flora o fauna silvestre, y una brigada ambiental juvenil, además de contar con la entusiasta participación de los directivos y profesores de esas escuelas.

El programa se diseña para trabajar con base a ejes temáticos sobre los cuales se les facilitan los talleres desarrollados con métodos lúdicos que motiven a los escolares, en cada eje se abordan contenidos relacionados con el cambio climático, la protección y conservación de los ecosistemas y la biodiversidad, la nueva cultura del agua, el manejo de residuos sólidos y reforestación para crear espacios verdes en los asentamientos humanos, a la par de otros que asocian la conservación de la naturaleza con la equidad de género y los derechos de las mujeres. Al final de cada ciclo escolar las generaciones terminales de escolares de educación básica y media superior modifican su percepción sobre el ambiente, se les inculcan valores y cambios de actitud sobre su cuidado.

Su implementación se coordina desde Fundación Jimulco por la bióloga Cinthia García, responsable de esta área dentro de la administración de la reserva ecológica, con apoyo de un grupo de promotoras ambientales comunitarias y la brigada ambiental juvenil, a quienes la coordinadora y personal de las oficinas públicas capacitan, a la vez de que supervisa la réplica de los talleres; su operación se realiza con apoyos que las oficinas de gobierno proporcionan, o en ocasiones de empresas privadas. Vale la pena consolidar esos apoyos para asegurar su continuidad y fortalecimiento.

La mayor parte de los procesos de deterioro ambiental que sufrimos son provocadas por las actividades humanas: generar y tirar residuos sólidos en el suelo y el agua, o partículas y gases en la atmósfera que contaminan, destruir la flora y fauna silvestre o carecer de un manejo adecuado de la doméstica, por mencionar algunas, están contribuyendo a que no tengamos un ambiente sano que se revierte en contra de la vida y salud de la población humana y de otras especies que dependen de él y, como muchos lo sabemos, estamos contribuyendo a la destrucción del planeta. El calentamiento de la tierra es el mayor daño que hemos provocado.

Ante esta situación que se origina en el desconocimiento sobre el impacto que nuestras actividades provocan en el ambiente, la educación ambiental es una de las estrategias que nos permitirán enfrentar a mediano y largo plazo esos procesos de deterioro, la cual, si bien es un área escasamente valorada en la sociedad y por los gobiernos, representa la apuesta más importante para cambiar los valores culturales de la población, como en este caso que se apuesta con las generaciones futuras que vivirán y tomarán las decisiones que permitirán proteger y conservar Jimulco, este importante espacio natural que brinda importantes servicios ambientales a los laguneros.

Este programa, de por si singular en la región y el estado de Coahuila, por desarrollarse con objetivos y métodos claramente definidos, con resultados tangibles que están trascendiendo a pesar de su corto tiempo de implementación, complementa la educación formal que proporciona la educación pública en las comunidades de la reserva ecológica. Su consolidación requerirá algún tiempo más, la cual se hará a la par del Centro de Educación y Capacitación Ambiental que Fundación Jimulco creará en una de esas comunidades, mismo que no sólo prestará servicios de educación ambiental para los niños y jóvenes del área natural protegida, sino de toda la entidad.

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