Recuerdo que en el año 2007, a la edad de 13 años, me encontraba con mi padre (como cada sábado por la noche) en la sala de mi antigua casa; viendo el box.
¡Ya sigue la de Cristian! - gritó como si se tratase de algún familiar, o al menos de un viejo conocido.
En aquella ocasión Cristian Mijares, no sólo defendía el título de la división de los supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), sino que era necesario consolidarse como el campeón de la categoría, frente a un exigente público norteamericano, y ante nada más y nada menos que Jorge "El Travieso" Arce.
En esa velada en San Antonio, Texas, la pelea más esperada era la de la estrella en ascenso Manny Pacquio (quién ya había conquistado varias categorías). Y ahora buscaba el campeonato internacional superpluma del Consejo Mundial, ante el mexicano Jorge "El Coloradito" Solís. Sin embargo, aunque el filipino era uno de mis boxeadores favoritos, la contienda que yo esperaba con ansia era la de "El Diamante" (quizá por el orgullo lagunero que herede de mi familia), mismo que Cristian dejo ver, cuando salió portando la playera del Santos Laguna.
Años más tarde, y después de conocer a Mijares personalmente, tuve la oportunidad de entrenar en su gimnasio durante el cierre de una de sus últimas preparaciones, (hace apenas unos meses), cuando enfrentó al Venezolano Rafael Hernández en la división de los superpluma. En dicha pelea Mijares no exponía su título, pero si la clasificación mundial.
Y recuerdo también, que disfruté tirando algunos golpes en la gobernadora con su tío, quién amablemente aceptó cacharme, luego de que el propio Cristian se lo pidiera, y debo confesar que me sentí halagada cuando después de tirar un recto de derecha un: - ¡Ay güey, pegas fuerte! - por parte del entrenador Ricardo Mijares - Hizo reír al "Diamante".
Sin duda, pese a su última derrota; en la noche de su retiro, y en la tierra que lo vio crecer "El Diamante Lagunero" no deja de brillar y seguirá siendo un emblema de la comarca y el boxeo lagunero.
¡Viva Gómez, Palacio!
