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Dictatorial, el cierre del Ballet Nacional

SUN-AEE

MÉXICO, DF.- Luego de que la coreógrafa y bailarina Guillermina Bravo anunció la disolución del Ballet Nacional de México (BNM), el crítico de danza Alberto Dallal -colaborador del grupo desde hace varias décadas- considera que la artista no puede acabar ?impunemente? con los 57 años de historia de la compañía, que la convierte en la más longeva, en su género, en el país.

Por su parte, la crítica de arte Raquel Tibol, quien también vivió de cerca la consolidación del ballet, sostiene que desde hace varios años Guillermina Bravo perdió la brújula creativa.

A pesar de lo expresado por la coreógrafa de 84 años en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), una de las instituciones del Estado que lo financia, se informa que será una transformación no su cierre, y que no está contemplado quitar el subsidio al BNM. Su vocera de prensa, Patricia Pineda, afirma que ?el INBA respeta la decisión artística de Guillermina Bravo?.

La noticia tomó por sorpresa a algunos en el medio de la danza, aun cuando en los últimos años las tres agrupaciones de danza contemporánea subsidiadas por el INBA se han enfrentado a crisis económicas y la posibilidad de cerrar.

?Aunque seas la máxima coreógrafa de la danza mexicana de todos los tiempos, y Guillermina Bravo lo es, no puedes trabajar por más de 50 años con un grupo de personas que ha cambiado con el tiempo, y decir impunemente ?soy dueño de esta estructura y me deshago de ella o la extingo?, opina Alberto Dallal.

La artista hizo pública la disolución del grupo y su intención de transformar el proyecto en un centro de capacitación dancística. En declaraciones a un semanario, aseguró que ya hizo el trámite de disolución del BNM y que se liquidaría a los bailarines. Argumentó que ?no soy una artista del siglo XXI y mis principios son otros?.

Desde hace varios años, señala la crítica de arte Raquel Tibol -quien acompañó al BNM en diversas giras internacionales- al ver las funciones de la compañía más importante de danza contemporánea del país se preguntaba ¿qué es esto?: ?El ballet se le fue de las manos a Guillermina, no es cuestión únicamente de edad, llegó un momento en que, no sé si por cuestiones subjetivas, pero dejó de inventar. Perdió la brújula creativa; aferrarse demasiado a la técnica fue un peso negativo para el Ballet Nacional?.

Pero, según Alberto Dallal, no es Bravo la única que ha decidido acabar con el ballet. Afirma que tanto el INBA como el Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) no tienen planes claros con la cultura y dejan que se extinga un modelo que tiene su origen en los años 20, en el proyecto vasconcelista.

Opina que la idea de acabar con este ballet fue del director de danza del INBA, Marco Antonio Silva: ?La llevaba como consigna cuando entró como titular de danza. Todo el medio sabía que esa idea estaba entre ceja y ceja en gente como Silva. Por eso también tuvo problemas el Ballet Independiente. Lo que no pueden hacer es terminar esas estructuras nada más porque quieren?. (Hasta el cierre de la edición, Silva no respondió las llamadas para hablar del tema).

Dallal, quien se confiesa cuate de Bravo, dice: ?Guillermina no sé que tenga en la cabeza. Su gran falla es que no se crearon cuerpos colegiados que tomaran la estafeta en el ballet y en el Colegio Nacional de Danza Contemporánea. Yo ya le había llamado la atención a ella cuando le dije que tenía mejores bailarines, que coreografías. Dudo de lo que dice, y eso que yo soy su cuate, o bueno, lo era...?

Termina una era

La disolución del Ballet Nacional de México cierra un ciclo de 57 años.

-La compañía inició cuando, tras separarse de la Academia de la Danza Mexicana (ADM), por diferencias artísticas y políticas con Ana Mérida y Carlos Chávez (entonces director del Instituto Nacional de Bellas Artes), Guillermina Bravo decidió en 1948 fundar su propia compañía, codirigida por ella y por Josefina Lavalle.

-Más que una institución, el BNM era un ?conjunto de voluntades?, que pretendía desarrollar una danza sin vínculos con la burocracia para consolidar su libertad creadora, su propia organización y alcanzar estabilidad (Frutos de Mujer (2001/INBA-Conaculta), de Margarita Tortajada.

-En 1956, Lavalle abandona al ballet. Ese año se crea la escuela de BNM.

-Las siguientes fueron décadas difíciles. La carencia de apoyos y falta de aceptación de preocupaciones artísticas, eran señalados por Bravo: ?No soportan lo sucio de los pies descalzos?.

-Con todo, Bravo logró mantener un grupo estable -que hoy tiene 20 bailarines- varios de los cuales entre ellos Jaime Blanc, Antonia Quiroz y Federico Castro, dejaron de bailar; y lo llevó más allá de las fronteras, con giras por diversos países del mundo.

-Constituida en una asociación civil, el BNM trasladó su sede a la ciudad de Querétaro, donde la administración de Mariano Palacios Alcocer le construyó modernas instalaciones para su Centro Nacional de Danza Contemporánea, ?destinado a ser una alternativa en México y Latinoamérica para los jóvenes interesados en desarrollarse profesionalmente en la danza contemporánea?.

-Aunque desde 1971, Bravo se retiró como bailarina, siguió activa formando bailarines y fue la principal coreógrafa de la compañía hasta hace diez años. En 1979 se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes; y actualmente es miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte, lo que le significa una remuneración mensual superior a los 35 mil pesos.

FUENTE: SUN-AEE

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