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Cinco mitos acerca del aprendizaje significativo y algunos consejos para lograrlo

Rolando Cruz García
Investíguese lo que el alumno ya sabe y enséñese en consecuencia"

— David Ausubel

En la actualidad, los profesores de todos los niveles educativos estamos llamados a promover un aprendizaje distinto al tradicional, que normalmente es memorístico, repetitivo y mecánico; por otro más pertinente, reflexivo, aplicable, permanente y útil, es decir, significativo; el problema es que ahora nos lo exigen, pero siguen sin decirnos cómo.

Y es que existen varios mitos alrededor del aprendizaje significativo, que más que aportar a su comprensión e implementación, confunden y entorpecen sus logros deseables:

Primer mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno "se divierte" aprendiendo. No necesariamente es cierto, ya que hemos visto muchos intentos de integrar experiencias lúdicas en varios niveles educativos y, sin embargo, los alumnos no aprenden más que aquellos que reciben clases tradicionales. Que los alumnos se diviertan, tiene una clara intención, pero nuestro trabajo docente no es el entretenimiento.

Segundo mito: El aprendizaje significativo se da cuando los contenidos son "adaptados" a los intereses del alumno. No necesariamente, ya que ¿Quién puede asegurar lo que realmente les interesa a sus alumnos? El maestro debe buscar interesar al alumno, pero eso no basta, ya que la mayoría de nuestros alumnos están interesados en aprender otras cosas como deportes, música, computación o inglés y, sin embargo, sabemos que esto no es suficiente para que puedan aprenderlos por completo.

Tercer mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno "quiere aprender". Tampoco es del todo exacto. Podemos asegurar que la mayoría de los estudiantes, aun aquellos que han fracasado anteriormente, llegan con la ilusión de empezar bien un nuevo curso y quieren aprender, sin embargo, el tiempo nos confirma nuevamente que esto no basta.

Cuarto mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno "descubre por sí mismo" aquello que ha de aprender. Parcialmente falso, no todo lo que el alumno aprende lo hace por descubrimiento, ni todo lo que el alumno descubre es aprendido. El aprendizaje por recepción, por ejemplo, si se cumplen ciertas condiciones, puede ser igualmente eficaz que el aprendizaje por descubrimiento.

Quinto mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno "puede aplicar" lo aprendido". Si bien esto es cierto no es totalmente exacto; se debería afirmar que si el aprendizaje significativo se logra, es posible transferirlo.

Después de analizar los mitos mencionados, lo que parece más valioso es revisar los enfoques que dan lugar a dicha categoría cognitiva y entonces aplicarlos de acuerdo a las condiciones contextuales, por ejemplo la perspectiva de David Ausubel, o las propuestas de Jerome Bruner, incluso los enfoques que Carl Rogers propone sobre el aprendizaje; sólo por mencionar algunos de los ilustres teóricos de tan apasionante enfoque.

Lo que es cierto, es que en el trabajo cotidiano en las escuelas, los profesores buscan implementar estrategias diversas y diferentes al modelo tradicional de enseñanza, la tarea es compleja y multivariada, por lo que aquí sugerimos algunos consejos que pueden fortalecer el citado enfoque:

1°. Las experiencias de aprendizaje pueden orientarse a que los niños y los jóvenes, puedan construir su conocimiento a través de la comprensión, la reflexión o el descubrimiento de algunas áreas de los contenidos; se sugiere privilegiar el activismo y los experimentos dentro del aula (J. Piaget).

2°. El aprendizaje escolar puede darse por recepción o por la utilización de materiales interesantes, como estrategias de enseñanza y puede lograr en los alumnos aprendizajes de calidad (J. Bruner), como son los también llamados significativos. Se considera que el aprendizaje por recepción no implica, como mucho se critica, una actitud pasiva del alumno.

3°. Es cierto que los aprendizajes significativos tienen una relación muy estrecha con los intereses y las expectativas del alumno, por lo que hay que plantearles algunos temas o problemas en grupo que requieren solución, con la posibilidad de lograr que dichos estudiantes hagan algo con lo que aprenden; la intención de esta estrategia es la propiciar una profunda reflexión acerca de lo aprendido (L. Vygotsky).

4°. La significancia de los saberes radica también en la correlatividad; es decir, en que se pueden apreciar mejor a través de una serie de eventos correlativos que ocurren en la facilitación de los aprendizajes, el aprendizaje a través de procesos afectivos, con la personalidad del alumno, en lo sensorial, a través de la interacción, en la empatía con sus profesores (C. Rogers), etc.

5°. La responsabilidad de aprender es tanto del profesor como del alumno, por lo que el maestro debe tener claras las diferentes formas en que los alumnos aprehenden, diferenciando sus referentes o conocimientos previos (D. Ausubel), vía el diagnostico positivo y la autoevaluación.

Bajo estos enfoques el profesor puede funcionar mejor como un líder en el proceso, reconociendo que los alumnos tienen su diversidad y a partir de ésta, los maestros puedan cumplir su compromiso pedagógico, que consiste en disponer, orientar y facilitar al máximo la participación y el uso de la razón del alumno en la apropiación del saber del docente.

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Escrito en: ROLANDO CRUZ GARCÍA

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