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¿Voto gay al clóset?

DAVID PÉREZ

Si bien en México se han conseguido algunos reconocimientos importantes en materia de derechos humanos para las personas que integran las comunidades LGBT+, parece que dicho reconocimiento no ha transformado lo suficiente algunos ámbitos de la cultura. En muchos aspectos de la vida pública continúa la intención de ocultar estos derechos, contribuyendo a la estigma y a la discriminación.

El próximo sábado 16 de junio se celebrará por décima primera vez en la región la marcha "PRIDE LGBTI LAGUNA". En esta edición se invita a los participantes que lleven algún artículo escolar que será donado a menores que más lo necesitan. Una marcha con orgullo y con causa. Esta reivindicación de derechos, y al mismo tiempo expresión de solidaridad, acontecerá en el marco de las campañas electorales por la contienda presidencial, la renovación congreso y en algunos estados elecciones locales.

Pareciera que, respondiendo a un cálculo electoral, en las campañas presidenciales se ha evitado manifestar posturas claras en ciertos temas que en el pasado reciente generaron controversia en la sociedad mexicana, como lo son los derechos humanos de los miembros de la comunidad LGBT+. En las elecciones de 2016 se intentó capitalizar la idea de que el apoyo de Peña Nieto al reconocimiento del matrimonio igualitario impactó negativamente en el voto a su partido. Es un indicativo de la cultura política que las investigaciones periodísticas sobre corrupción o los pobrísimos resultados en materia de seguridad no se promuevan como criterios para la evaluación de un gobierno, pero se pretenda que el reconocimiento de los derechos de un grupo de personas sea un elemento para llamar al voto de castigo.

La "Coalición Mexicana LGBTTTI" al inicio de las campañas envió a los candidatos que buscan un cargo de representación popular las setenta y ocho propuestas que el colectivo presenta como programa de trabajo para dar atención a las diversas problemáticas de sus integrantes. La agenda política se agrupa en siete ejes: justicia con igualdad y erradicación de la violencia; salud integral y sin discriminación, educación para la inclusión, derechos laborales e inclusión económica, cultura incluyente y medios de comunicación, participación política, fortalecimiento del Estado laico.

Dicha agenda en el primero de sus objetivos generales se propone: "impulsar el reconocimiento y garantizar el ejercicio pleno de todos los derechos humanos de todas las personas", en ese marco busca trabajar especialmente por las personas que pertenecen a su colectivo. Sin embargo, que su objetivo prenda contribuir al respeto amplio de los derechos humanos es un ángulo importante. Porque es superar la lógica reducida de: solamente nuestra causa. Pareciera que en la actual cultura electoral nacional da más réditos hacer alianza con quien prometa votos que con tiene una agenda clara en materia de derechos humanos.

En la próxima marcha que se realizará en Torreón incluye la campaña "PRIDE TON: ser útiles donando útiles", con la cual se busca disminuir la carencia de artículos escolares en sectores infantiles empobrecidos. La agenda política de la "Coalición Mexicana LGBTTTI+" en el eje sobre educación se propone erradicar todas las formas de violencia al interior de las escuelas; para tal fin se plantea la estrategia de "aplicar herramientas pedagógicas e incluir capacidades emocionales y empáticas, tanto para estudiantes como profesores y personal administrativo, con perspectiva en derechos humanos". Ni las personas, ni los compromisos de este tipo se merecen estar en el clóset, tampoco en tiempos electorales.

La implementación de una agenda política como la que propone la coalición citada requiere de mucho más que el apoyo de candidatos y políticos tradicionales. Es necesario superar la coyuntura electoral. También demanda que activistas que promueven los derechos humanos en general, y de la comunidad LGBT+ en particular, se comprometan de forma distinta a la lógica de apoyar a un candidato o a otro en época electoral. Se requiere un compromiso por la transformación de las expresiones culturales que excluyen y marginan el respeto de los derechos humanos.

Por ejemplo, quien escribe no está comprometido con la causa. Cada año por estas fechas simplemente contacta a algunos miembros del gremio, les solicita información y realiza una editorial. Es un buen ejemplo de un nivel muy pobre de participación y compromiso. Responde a una coyuntura, pero poco a las causas estructurales que provocan marginación y exclusión de los derechos de un sector de la población. Sin embargo, en Torreón donde recientemente hay indicios de una persecución a personas transexuales y transgénero por parte de la administración municipal, entonces la causa exige mucho más.

Un reto importante que propone la agenda política surgida por muchos colectivos a nivel nacional es pasar de "nuestra causa" a la atención de las causas estructurales, a la transformación de la cultura que violenta el respeto de los derechos humanos de todas las personas, en especial de aquellas que por el grado de marginación al que son sometidas, padecen mayor estigma y discriminación. Una agenda así no puede ser escondida como lo pretende hacer la temporada electoral.

Twitter: @davidsecular

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Escrito en: David Pérez

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