Labor. Aunque en casa Fernando (der) se quita el uniforme, estar 'a la orden' es parte de su vida. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Su sueño de niño era convertirse en policía, hoy con el uniforme puesto logró salvar la vida de un menor que se ahogaba en las aguas del canal Santa Rosa-Tlahualilo, de Gómez Palacio.
"Es la primera vez que salvo una vida, y no puedo decir que me arrepiento porque para eso soy parte de la policía, para cuidar a quienes no conozco y necesitan de nosotros; no es de pensarse mucho, se trata de un momento en el que el instinto te pide que lo hagas" dijo Jesús Fernando, agente activo de la Policía Municipal Rural, de Gómez Palacio.
Luego de tres días transcurridos desde el rescate, logré entrevistarme con Fernando, en las propias instalaciones de "Troya" (La Dirección de Seguridad Pública Municipal).
Fernando, quien trabaja un horario de 12 por 12 horas, llega a nuestra cita todavía con el uniforme puesto y los ojos cansados por el recorrido de vigilancia que hizo durante toda la noche y parte de la mañana.
Acompañado de su jefe y comandante "Jaguar" me observa un tanto nervioso y agotado, deseando regresar a casa con su esposa e hija de 5 años.
Fernando platica que tiene 24 años de edad, e ingresó hace dos años a la corporación, justo cuando Gómez Palacio retomó la seguridad del municipio con agentes preventivos tras su desarme en enero del 2013.
Como cada agente que inicia en la parte trasera de la patrulla, su desempeño lo llevó a tomar el mando de su grupo encargándose de la unidad 964, justo en la que la tarde del pasado domingo 3 de junio al recorrer la orilla del canal Santa Rosa-Tlahualilo, observó a José de 14 años de edad, manoteando y gritando por auxilio a la vez que era arrastrado por la corriente y se ahogándose en la profundidad del agua.
VER MÁS Policía rescata a niño de morir ahogado
"De primera vista pensé que algo estaba atorado en el agua, pero cuando nos aproximamos vi que era un niño y rápido me quité el chaleco antibalas y me aventé al agua para sacarlo, mientras que mis compañeros agarraron un lazo y me lo aventaron para jalarnos a la orilla; fue algo difícil porque el niño me hundía -estaba desesperado por salir- y luego se hizo pesado porque estaba perdiendo el conocimiento hasta que logramos llegar a la orilla y le dimos auxilio, además de que las personas que estaban en el lugar le dieron ropa seca y le pusimos una cobija", relata el agente en la entrevista.
Para Fernando su reacción no es más que parte de su deber como policía y si fuera necesario lo haría de nuevo sin importar la circunstancias.
"Cuando veía las patrullas y a los policías sentía admiración y me dije ojalá algún día pueda estar ahí y hoy gracias a Dios puedo ponerme el uniforme y servir todos los días; estoy orgulloso de pertenecer a una corporación y ser un agente municipal, del área rural" concluyó Fernando.
