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Enfoque

Cuestión de gobernabilidad

RAÚL MUÑÓZ DE LEÓN

"El político priísta profesional se debate contra su cultura heredada de los tiempos hegemónicos para tratar de acomodar su conducta y actitudes a la novedosa negociación política de los pactos y los acuerdos...

Mientras que el ascenso político de la tecnocracia propone la gobernabilidad como la nueva panacea de la estabilidad", aduce enfáticamente Luis Medina Peña, ex profesor-investigador de El Colegio de México, en su Ensayo sobre el Estado Mexicano.

Dice : "El concepto se originó en la época en que las democracias occidentales aparecían abrumadas tanto por el número de participantes, como por las demandas que éstos les planteaban... lo que les llevó a yuxtaponer el concepto de incapacidad en las respuestas con el de amenaza, y acuñar el antónimo de la gobernabilidad, la ingobernabilidad".

Como ésta es indeseable por principio, la receta que produjo tal razonamiento se adecuó perfectamente con las implicaciones ideológicas del neoliberalismo emergente: era aconsejable reducir los alcances de los procesos democráticos acotando la participación y acostumbrando a los cuerpos de intermediación social a presentar demandas posibles y tolerables. Fue en Inglaterra donde la primera ministro Margaret Thatcher, aplicó con extremos de perfección, las políticas destinadas al logro de la gobernabilidad desarticulando la fuerza y capacidad de los otrora poderos sindicatos británicos".

En el medio político mexicano el binomio gobernabilidad-ingobernabilidad adquiere otra dimensión. Si en los países avanzados se dan crisis de gobernabilidad por exceso de la demanda social, en los países pobres o subdesarrollados, como México, tales crisis pueden presentarse por carecer los grupos demandantes de lo más elemental.

Tal escenario nos lleva a otro terreno, "ya que la ampliación de la participación y articulación de demandas deben ser objetivos simultáneos y no excluyentes;... Cualquier demanda social, ya sea que provenga del sector de los trabajadores, o provenga de los marginados con pobreza extrema, se considera en principio como justa y razonable".

"Para que la formulación y satisfacción de demandas se logren y a la vez se tenga una adecuada participación social, se precisa que las corporaciones existentes replanteen su papel en una sociedad que avanza aceleradamente por el camino del pluralismo, y presenta aún grandes carencias. Además, es necesario la formación de agrupaciones y asociaciones con arraigo geográfico en las comunidades, que tengan capacidad de presionar y llevar adelante sus demandas".

"Atender y desahogar la demanda social que pueda poner en peligro la gobernabilidad, requiere de la intermediación, entendiendo por ésta tanto la política a cargo de los partidos, como la social a cuenta de otras asociaciones distintas a los partidos, incluidas las corporaciones cupulares". "En México es paradójico, dice Medina Peña, el empeño de crear un sistema de partidos que dé sentido y dirección a la participación política, cuando su eficacia como formas institucionales de intermediación entre el Estado y la sociedad se encuentran en entredicho en otras latitudes".

"El partido político es una invención del Siglo XVIII que, no obstante las variantes diversas que ha asumido desde entonces, aumenta su incapacidad para asumir las demandas de una sociedad y procesarlas con eficacia. La gran crisis ideológica, patente en la virtual desaparición del socialismo real y la aceptación generalizada del dominio del mercado, que ha provocado una profunda crisis de identidad a los partidos de izquierda, ha llevado al surgimiento de movimientos políticos y sociales de la más diversa naturaleza".

Lo que sigue es contundente: "La aparición de los movimientos sociales, empeñados en un solo objetivo, se corresponde al surgimiento en países como México, de movimientos reivindicadores motivados por la marginalidad urbana y rural. Éstos, sin embargo, no han alcanzado ni la extensión o influencia para que los partidos se vean en entredicho frente al Estado y la sociedad, lo cual representa una ventaja tanto para el sistema político, que puede seguir contando con la posibilidad de un sistema de partidos, como para los partidos mismos que pueden echar mano de esos movimientos para reforzar sus filas".

De acuerdo con el autor in comento, "domina en este momento la retórica triunfalista de los neoliberales, cuya ala más radical quisiera ver reducido el Estado a su mínima expresión. Por lo pronto son tres los terrenos en los cuales se antoja necesaria una intervención estatal de acuerdo con las circunstancias económicas: la rectoría económica, la desigualdad social y el estado de los conocimientos de la sociedad".

"La educación es con toda probabilidad el aspecto más importante para darle contenido al modelo mexicano de Estado. Con la descentralización educativa se cierra la etapa, iniciada por José Vasconcelos en los veinte del siglo pasado, orientada a expandir los servicios y proporcionar la educación básica a todos los demandantes. Pero el futuro de la competitividad mexicana se ubica en el terreno de los conocimientos; sin ella, inversiones y tecnologías no podrán fructificar, o lo harán mediante la importación de recursos humanos calificados, lo cual resultaría desastroso, políticamente".

"Por ello, hoy por hoy, el meollo del asunto se ubica en una doble cuestión. Por un lado, la necesidad de formular planes y programas, a fin de brindar el tipo de conocimientos en la educación escolarizada a todos los niveles que imponen la competitividad y la absorción de nuevas tecnologías. Y por otro, la tarea que tendrá que acometer el gobierno de brindar la educación no escolarizada para un tercio de la población con educación incompleta. Pero no una educación extraescolar como complemento de la escolarizada, sino un sistema autónomo y completo que reconozca y parta de la idea que se cuenta con un amplio capital humano semi-preparado, al cual hay que reconocerle los conocimientos prácticos adquiridos y construir sobre ellos".

"Para enfrentar esas tareas, la reforma del Estado es insuficiente, tema que abordaremos en posterior Enfoque. Hasta ahora, la Reforma del Estado se ha visto dominado por las tesis neoliberales que, en forma tangencial, suponen una innata ineficacia del Estado. Sin embargo, la reforma del Estado no supone la desaparición de la gobernabilidad, pues hay ámbitos que no puede asumir la iniciativa privada".

"La Reforma del Estado habrá de consistir en dotarlo de las formas y medios, tipos de organización y procedimientos de acción que lo hagan eficaz y competitivo en sus funciones. Los ámbitos concurrentes son, con todo, los desafíos más interesantes. Seguridad social, educación, comunicación y tantos otros son terrenos en los cuales el Estado tiene que desarrollar sus propias capacidades para la competencia".

"Estado reducido no quiere decir Estado marginado, sino más eficaz. A la mano invisible, a las ciegas fuerzas del mercado, no compete resolver todo en una sociedad. En esa medida tenemos Estado para rato".

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