— Aristófanes
Uno de los cuestionamientos más recurrentes en educación, producto del ya próximo proceso electoral es: ¿Tiene futuro la tan cuestionada Reforma Educativa, promovida por el actual Gobierno Federal? La respuesta es sumamente compleja, toda vez que cae, muchas de las veces, en el terreno de la especulación.
Y es que el propio Secretario de Educación Pública, Otto Granados Roldán, aseguró recientemente, que el futuro de la Reforma Educativa no está garantizado, ya que puede sufrir cambios o desaparecer si así lo decide el próximo gobierno, por lo que propuso que debe ser analizado.
Ante una aseveración tan importante, nos preguntamos si la propia SEP es la que está dando por hecho que ganando "ya saben quién" dicha reforma será derogada. Parece increíble que se esté dando por perdida una de las reformas estructurales más importantes, según el actual gobierno, de la cual depende el futuro de las generaciones por venir en México.
El Secretario de Educación también mencionó que se ha detectado que posiblemente a causa de la violencia, en estados como Tamaulipas y Michoacán, se haya frenado el concurso de plazas docentes, llamando mucho la atención que las plazas que una entidad pone a concurso, sea en un número mucho menor al de la convocatoria oficial nacional; "eso en sí mismo puede ser una anomalía", afirmó.
Por otro lado, asegura que el país no se puede dar el lujo de truncar la puesta en marcha de la Reforma Educativa, la más importante de la presente administración y ante integrantes de la comunidad del ITESM detalló los avances de la puesta en marcha de la reforma. Una reforma de esta naturaleza, de estos alcances, merece ser continuada de manera consistente, disciplinada, tenaz, eficiente y organizada.
Estas declaraciones lo único que hacen es confundir al País y particularmente al profesorado, directivos, padres de familia y comunidades educativas; No es posible que tengamos una especie de doble discurso al respecto.
Continúa declarando que México no se puede dar el lujo de truncar una reforma de esta naturaleza, porque "es la más sostenible y la más importante para el largo plazo". Granados Roldán destacó que la meta, para los ciclos escolares 2018-2019 y 2019-2020, es concluir la primera fase del Nuevo Modelo Educativo, que se aplicará a partir de agosto próximo con nuevos planes y programas de estudio y nuevos libros de texto.
En ésta columna editorial hemos abordado el tema del nuevo modelo educativo, que para educación básica inicia éste mes de agosto del 2018 y llegamos a la conclusión de que ni los directivos, ni los profesores están preparados para iniciar con un modelo poco socializado y menos comprendido.
Granados Roldán afirmó, además, que no era un secreto que buena parte de la toma de decisiones en el sistema educativo estaba capturada por el arreglo sindical y que hasta antes de la Reforma Educativa, era común vender o heredar las plazas docentes, por lo tanto, "se tuvo que pasar de un sistema clientelar, discrecional y corporativo, a uno basado en el mérito y esfuerzo de los maestros, en los sistemas de reclutamiento y promoción".
Cabe reconocer que, si bien es cierto, un porcentaje elevado de la población reconoce algunas "bondades" de la citada reforma, gran parte del profesorado la reprueba, sobre todo bajo los siguientes argumentos: No es posible que con un examen estandarizado de opción múltiple, se "detecten" las habilidades básicas de un docente y se le otorgue una calificación de idoneidad para estar frente a grupo de forma inmediata; por otro lado los "profesores de carrera" no aceptan que otros profesionistas, solo por pasar dicho examen sean idóneos para atender grupos, por demás complejos en secundaria y bachillerato.
Otro argumento es el relativo a los procesos de promoción en los que, con un examen de opción múltiple, se puedan promocionar a cargos de supervisión, de dirección o de apoyos técnico pedagógicos, teniendo solo como requisito el haber trabajado frente a grupo tres años.
Sabemos de casos particulares en los que una profesora, por ejemplo (27 años de edad aprox.) se promocionó y logro llegar al cargo de supervisora escolar en educación básica, en una zona escolar de Durango, para trabajar con nueve directoras, todas con más de 10 y 15 años de servicio, con mucha experiencia en puestos de dirección, gestión y trabajo organizacional en sus escuelas; obvio que esas directoras no estuvieron de acuerdo que una "jovencita sin experiencia" las supervise. Como este caso, hay muchos.
Ya no digamos la evaluación para la permanencia, que más que evaluar el desempeño ha "castigado" a los profesores que no se quieren evaluar y en algunos casos los han señalado como "insuficientes" para estar frente a grupo, con todas las implicaciones que esto conlleva.
Como podemos apreciar, el aprobar, desechar, derogar o cambiar una reforma del tamaño de la educativa, es una decisión política de gran envergadura, que no puede tomarse a la ligera y que debería ser producto de una verdadera consulta nacional, que tome en cuenta a los reales actores del proceso de formación de los estudiantes en las aulas.
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