Jugadores de la selección de Túnez durante un partido amistoso entre Túnez y Portugal, en Braga, en días pasados. (EFE)
Turquía y Túnez -que integra el grupo G del Mundial de Rusia junto a Panamá, Inglaterra y Bélgica- empataron a dos goles ayer en un amistoso previo al principal torneo por selecciones del mundo disputado en Ginebra y que quedó marcado por la innecesaria expulsión del ariete turco Cenk Tosun.
El delantero del Everton inglés abrió el marcador el minuto 54 al transformar una pena máxima que el mismo provocó al ser más listo que el centrocampista tunecino Ellyes Skhiri y apenas 5 minutos después se hizo expulsar al encararse con aficionados en la grada.
Unos minutos antes, en el 55, Anice Badri, extremo del Esperance de Túnez, había aprovechado un rechace a la salida de un saque de esquina para cazar a bote pronto un balón en la media luna y colarlo en la escuadra derecha de Serkan.
Hasta entonces, el control del encuentro había estado en las botas de los tunecinos, compactos y solidarios como es habitual, pero sin chispa ante la ausencia de su estrella y hombre de mayor calidad e imaginación, Wahbi Khazri.
Mientras que las pocas ocasiones de gol las ponía Turquía, en especial una muy clara que desperdició nada más arrancar el partido Tuson, muy activo y batallador hasta su expulsión.
Con las tablas de nuevo en el marcador y un jugador más en el campo, los tunecinos apenas apretaron y evidenciaron su mayor hándicap: la falta de pólvora con la que afrontan esta copa del mundo tras haber perdido por lesión a sus dos mejores jugadores en ataque.
Nabil Maaloul probó ayer con Ben Youseef, delantero del Ettifaq, y la dupla Anice Badri y Naim Sliti como lanzas de vanguardia, pero ni en el extremo del Esperence ni el mediapunta del Dijon pudieron hacer olvidar a Taha Khenisse y Msakni.