EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

Encrucijada

Diálogo

YAMIL DARWICH

La caricatura de Guayo -Siglo de Torreón, 20 de mayo- es descriptiva por si misma: tres candidatos, fregando cada cual en su lavadero y un perro agresivo debajo de los tres. Define gráficamente la encrucijada que vivimos - situación difícil o comprometida en que hay varias posibilidades de actuación y no se sabe cuál de ellas escoger-.

Enfrascados en el bombardeo de información sobre las elecciones presidenciales, todos estamos expuestos a la influencia de los medios, particularmente las recibidas por el WiFi, muchas de ellas tendenciosas y difamadoras. Según algunos estudios, hasta el ochenta por ciento de los memes recibidos son erróneos, falsos, manipulados y/o malintencionados.

De siempre ha sido difícil identificar la verdad en los procesos en que hay contienda para fundamentar una decisión, caso de las elecciones políticas de cualquier nivel. En ésta ocasión, la desinformación nos hace presas y la preferencia por alguno de los candidatos queda sostenida con base a las sensaciones de verdad y/o sentimientos negativos, por ningún motivo información o conocimiento.

El retiro de la única candidata mujer y sus declaraciones de "no encontrar condiciones propicias" para seguir adelante, nos dejan con la confirmación de temores de desigualdad de trato y el sentimiento de encono hacia las autoridades responsables del Instituto Nacional Electoral que, cada vez más, pierde credibilidad por su actuación ineficiente.

Ahora se ampliaron las dudas para marcar al elegido en las urnas, máxime al declarar que permanecerá Margarita en las boletas. ¿Se prestará a fraude o manipulación de cifras?; ¿generará confusión y provocará que algunos electores anulemos nuestro voto?; ¿cómo beneficiará o perjudicará a los contendientes?; Usted puede agregar más dudas que nos generan incertidumbre.

Se que hay algunos textos que pretender describir los planes de gobierno de algunos contendientes - no de todos - pero no han sido suficientemente divulgados. Fuera de las declaraciones en los medios formales - profesionales con firma identificada - no se conocen los programas y objetivos de ninguno, solo sus propósitos.

En contraparte, conocemos datos de la vida personal, de salud y hasta sexual de cada uno: si tal es señalado como homosexual o no; las amantes que pudiera tener; los beneficios ilegales obtenidos por cada uno, medidos en propiedades y dineros; supuestos fraudes con movimientos bancarios; relaciones familiares con otros politiqueros; compromisos adquiridos con personajes; propuestos a cargos públicos con antecedentes de duda legal; o influencias extranjeras.

Todo eso nos confunde y mucho me temo que no es casualidad sino causalidad; es decir: propósito de engaño para lograr sus fines en forma inmoral y poco ético, lo que de por sí define la mala intencionalidad de quienes pretenden detentar el poder público.

Es indudable que ningún proceso electoral en el mundo contiene únicamente puntos de verdad, pero en la actualidad ha dejado de ser importante el fondo, la amplia divulgación de las propuestas para la mejora social, menospreciándola y anteponiendo la forma: medios ilegales e inmorales para llegar a ganar votos con base en la desinformación y el engaño.

En la inmoralidad todo se vale y descubriéndola podemos medir y valorar éticamente a los contrincantes. Mida quién es más mentiroso.

De por sí, México vive un mundo globalizado que presenta serias dificultades para la buena convivencia: al interior, atravesamos una etapa en que nos amenazan graves riesgos: sociales, con la violencia y la criminalidad; políticos, ante la carencia de verdaderos líderes inspiracionales; económicos, con la amenaza de agresiones externas, la incompetencia internacional y la corrupción desencadenante de otros males.

Así, nuestra encrucijada nos lleva a tomar la decisión de cuál camino tomar: ¿el de la izquierda con el populismo amenazante?, ¿la derecha con acusaciones de acciones sospechosas de ilegalidad financiera?, o ¿seguir por el mismo rumbo y llegar al punto del precipicio?, ¿buscar nuevos derroteros con líderes improvisados y de ocurrencias alejadas de los derechos humanos? Como decía un viejo profesor, refiriéndose a los malos colaboradores: "con esos bueyes hay que arar".

El primero de julio tendremos votaciones, no solo las presidenciales, sino de personajes que pretenden participar en cargos del poder legislativo y en ellos tampoco vemos grandes méritos políticos o conocimiento y sí podemos sumarles a cómicas, deportistas, ex-modelos de almanaque, acusados de corrupción y demandados por fraude. Pocos con aparentes capacidades y escasos con antecedentes de haber hecho méritos para el puesto - no cuentan los "súbditos" de exjefes -

Lo cierto es que, a mi parecer, la peor decisión que podemos tomar es no votar o anular nuestro voto.

Buen reto el que tenemos enfrente y debemos resolver nuestra encrucijada para hacer la elección adecuada; o como dice otro amigo universitario: "la menos → pior→ , que es peor que peor".

Lo invito a que busquemos respuestas adecuadas a nuestras dudas y así definir nuestro voto y ejercerlo para ser derechosos a protestar ante el abuso. ¿Acepta?

[email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Diálogo

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1465982

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx