En ese camión viajaban Estela, de 26 años, y su hijo Tadeo, un bebé de ocho meses; el fuego los atrapó y no lograron bajar; ella sufrió quemaduras en 90% del cuerpo y el pequeño murió en el hospital. (EFE)
El atentado contra el exfiscal Carlos Nájera y los narcobloqueos generados tras la captura de algunos de los agresores provocaron la muerte de un bebé, un trabajador alcanzado por una bala perdida y un presunto delincuente. De los 15 heridos, reportan a dos en estado crítico y cuatro ya fueron dados de alta.
Cuando el gobernador Aristóteles Sandoval llamaba a la población a conservar la calma tras el atentado, en otro punto de la ciudad sujetos armados subían a una unidad de transporte público y ordenaban a todos bajar, mientras rociaban gasolina y prendían fuego.
Pasaban las 22:00 horas, Yesika y Karina, de 24 y 27 años, iban a su casa en Miramar, una colonia popular de Zapopan. Ambas hermanas venían de su trabajo en una tienda de Plaza del Sol.
"Todo se llenó de humo muy pronto, la grande vio venir el fuego y logró salir por la puerta; la más chiquita rompió el vidrio y por ahí se salió", relata el padre de las hermanas, afuera del Hospital San Javier de Guadalajara, a donde llevaron a los nueve heridos.
En ese camión viajaban Estela, de 26 años, y su hijo Tadeo, un bebé de ocho meses; el fuego los atrapó y no lograron bajar; ella sufrió quemaduras en 90% del cuerpo y el pequeño murió en el hospital.
