(EL SIGLO DE TORREÓN)
Dicen que además de los jugadores y cuerpo técnico, a quien le cayó de perlas el sexto campeonato del Equipo de Todos es al alcalde Jorge Zermeño. Y es que el munícipe panista ha incorporado a su discurso de campaña en pos de la reelección la analogía futbolera al decir que la primera vez que fue presidente municipal de la Perla de La Laguna el Santos obtuvo su primer título y ahora, 20 años después, que vuelve a la silla máxima de la ciudad, y pretende quedarse ahí tres años más, la escuadra albiverde levanta el trofeo por sexta ocasión. A don Jorge se le ha visto muy cerca del equipo guerrero, ya sea en los palcos en el juego de ida de la final, o en el propio estadio del rival Toluca e, incluso, en el mismo avión de regreso del conjunto santista, en donde hasta el colgaron su medalla.
En los festejos del lunes no podía faltar y aprovechó para cargar el trofeo, abrazarse de los jugadores y tomarse la foto y el video. Sin duda, esas gráficas en plena campaña electoral son oro molido para el edil, quien se cuela así a la dinámica de los ganadores. Pero, claro, no a todos les resulta positiva tanta fiebre albiverde de don Jorge, ya que sus detractores le han lanzado dardos emponzoñados porque consideran que andar en la fiesta pambolera ha hecho que descuide el changarro en Torreón. Inclusive en su participación durante el desfile en la Plaza Mayor, algunas muestras de desaprobación en forma de pitas y siseos se hicieron oír. Claro que Zermeño se excusa que ha usado sólo su tiempo libre para sumarse a la afición guerrera, ese mismo tiempo que se estableció para que hiciera campaña. O sea que mata dos pájaros de un solo tiro.
***
A propósito de los festejos santistas, un extraño fenómeno se observó en La Laguna de Durango durante el desfile de los campeones que comenzó en el Museo Francisco Sarabia, en la Ciudad Jardín. Nuestros subagentes disfrazados de matracas albiverdes no daban crédito al ver que agentes municipales y estatales de Coahuila estaban haciendo labores de vigilancia y control vial en las calles de la vecina ciudad de Gómez Palacio. Algo así como una especie de invasión jurisdiccional, algo de lo que siempre han sido muy celosas las autoridades de ambos lados del Nazas. Hay que recordar los incidentes que ha habido cuando un elemento de corporaciones coahuilenses osa pisar suelo duranguense y viceversa. Pues bien, parece que la fiesta por el campeonato guerrero fue más grande e inundó el ánimo de todos que hasta dejaron que los temidos agentes de Fuerza Coahuila fueran los que resguardaran el convoy santista de aquél lado del río y que elementos de Vialidad de Torreón hicieran labores de regulación del tránsito en las calles gomezpalatinas. El hecho llamó la atención porque se supone que los gobiernos estatal de Durango y municipal de la Antigua Santa Rosa poseen sendos cuerpos policiales para hacerse cargo de esas tareas, a menos de que las autoridades de ambos estados hayan querido dar una muestra de esa coordinación que tanto les falla en asuntos más complicados. Pero también causó extrañeza ver al teniente Adelaido Flores, exjefazo de la Policía de Torreón, coordinando a los miembros de Fuerza Coahuila cuando hasta donde se sabe el secretario de Seguridad del Estado, José Luis Pliego, no ha dado el nombramiento oficial de subsecretario a don Adelaido. A lo mejor son muchas las ganas de comenzar a trabajar ya.
***
El otro que también se ha colgado de la ola de alegría santista es el candidato del PRI, José Antonio Meade, quien desde el segundo debate, celebrado minutos después de la final de futbol mexicano, sorprendió a propios y extraños felicitando a los Guerreros de la Comarca por su campeonato, en un guiño a la afición lagunera. Y ayer que estuvo en la región, en su primera visita como candidato, don Pepe Toño no pudo resistir la tentación de ponerse la camiseta albiverde en dos ocasiones. En Torreón, el exjugador Pedro Muñoz se la regaló en el Coliseo Centenario, y alguien más hizo lo propio en el mitin de la Expo Feria de Gómez Palacio. Su esfuerzo le ha de haber costado al suspirante tricolor ponerse la casaca del Santos pues se sabe que el equipo de los amores del exsecretario de Hacienda (y de Desarrollo Social y de Relaciones Exteriores) es Pumas de la UNAM, que por cierto en el actual sexenio no ha renovado su palmarés.
***
Y ya que hablamos de Meade, nuestros subagentes disfrazados de matracas tricolores nos comentan que al candidato de la alianza Todos por México le está costando trabajo remontar su campaña desde el relanzamiento de la misma para esta segunda mitad del proceso. Y es que, dicen los que saben, don Pepe Toño, que aún aparece en la mayoría de las encuestas en tercer lugar, carga con el pesado lastre del desgaste de la marca PRI y de su padrino de candidatura, el preciso Peña Nieto. Es por eso que algunos asesores le han insistido en que si quiere repuntar en serio tiene que comenzar a manejar un discurso que lo desvincule, al menos en la forma, con el actual gobierno federal. A decir de estas voces, el estigma del continuismo le impide crecer más, mientras que el que está capitalizando la idea del cambio suave es el panista Ricardo Anaya. Cuentan que el principal obstáculo para el “rompimiento” es el propio don Quique y sus grupos más cercanos, los “tolucos” y los “pachucos”, es decir la gente del Estado de México y de Hidalgo, quienes controlan la mayor parte del gabinete. Incluso dicen que Meade pudiera comenzar por aquello que le generaría menos problema con Peña, como el tema Trump, en el que es casi unánime la opinión de que la estrategia seguida con el republicano no ha funcionado desde que lo recibieron en Los Pinos cuando apenas era candidato. Mientras se decide a dejar el nido, el tiempo corre, lo cual quiere decir, se acaba.
***
Y conforme pasan los días se van desvelando los detalles de la renuncia de Margarita Zavala a la candidatura independiente. Detalles importantes que pueden dar un norte de quién va a aprovechar más el 4 por ciento de intención de voto que le daban las encuestas. Nuestros subagentes vestidos de trompetas blanquiazules nos comentan que tras semanas de insistencia, diálogos y súplicas, quien logró convencer a la ex primera dama fue el mismísimo Dante Delgado, líder de Movimiento Ciudadano, partido coligado con el PAN y el PRD en el frente de Ricardo Anaya. Las negociaciones fueron arduas, según dicen, ya que el enemigo número uno de la idea de declinar era el expreciso Felipe Calderón, quien no quería dar su brazo a torcer por la muina que trae todavía con el Joven Maravilla, a quien culpa de haber traicionado su palabra al dar primero alas a doña Margarita para luego hacer maniobras para quedar él como el ungido. Algo que les suena bastante a algunos panistas en estas tierras norteñas, ya que fue lo mismo que pasó con Luis Fernando Salazar, ex aspirante a la gubernatura y hoy candidato a la diputación federal por el distrito 05. El asunto es que el acuerdo del retiro fue no hacer un pronunciamiento abierto a favor de Anaya, al menos por ahora... quién sabe si más adelante. Lo cierto es que para don Ricardo es una bocanada este acuerdo en momentos en que la campaña ha entrado en su etapa crítica de definición de los verdadero contendientes y, sobre todo, luego del segundo debate, en el que salió más raspado que en el primero.
