Proceso. Los polinizadores vuelan, saltan y se arrastran sobre las flores para ayudar a que las plantas sean fértiles.
Más de 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización para obtener rendimientos y calidad, por lo que la ausencia de abejas y otros polinizadores haría desaparecer alimentos como manzanas, almendras, tomates y cacao, entre otros.
De ahí la importancia de proteger a este insecto, destacó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en la víspera del primer Día Mundial de las Abejas, que se conmemorará el 20 de mayo.
Por ello el director general de la FAO, José Graziano da Silva, aseguró que los países deben adoptar políticas y sistemas alimentarios más favorables a los polinizadores.
"No podemos seguir centrándonos en aumentar la producción y la productividad con base al uso generalizado de plaguicidas y productos químicos que amenazan los cultivos y a los polinizadores", advirtió. Asimismo, dijo que cada persona tiene la responsabilidad individual de proteger a las abejas por lo que se deben tomar decisiones respetuosas hacia los polinizadores. "Incluso cultivar flores en el hogar para alimentar a las abejas contribuye a este esfuerzo".
Da Silva también mencionó que las prácticas agrícolas sostenibles -y en particular la agroecología-, pueden ayudar a proteger a las abejas al reducir la exposición a los plaguicidas y ayudar a diversificar los paisajes agrícolas.
"A través de la agroecología, la FAO busca optimizar las interacciones entre las plantas, los animales, los seres humanos y el medio ambiente. Las innovaciones son necesarias y deben basarse en la creación conjunta de conocimiento, combinando la ciencia con la sabiduría y las experiencias locales, como un proceso social", indicó.