El joven aprendiz de seductor le preguntó al gran amante:
-¿A cuántas mujeres tuviste entre tus brazos?
Respondió el sevillano:
-Nunca las conté. Quien cuenta sus amores es capaz de contarlos. Eso de contar no es de caballeros. No sé a cuántas mujeres tuve entre mis brazos. Sí sé que muchas me tuvieron a mí entre los suyos.
Volvió a preguntar el joven seductor:
-Sé que entre ellas hubo lo mismo reinas que muchachas de servir; igual princesas que hembras de tronío. Dime: ¿a cuál de todas las mujeres recuerdas más?
Contestó Don Juan:
-A la que nunca tuve.
¡Hasta mañana!...