(EL SIGLO DE TORREÓN)
La misiva pasada hablamos del nerviosismo que se vive en el Cabildo de Torreón por el proceso electoral, lo cual ha motivado que algunos ediles exploten de la nada o arremetan contra la Incómoda Prensa. Pues bien, los subagentes cuentan que también entre los funcionarios del gabinete del alcalde Jorge Zermeño se percibe esa hipersensibilidad, que algunas lenguas viperinas dicen que es por la campaña o tal vez por los resultados de los resultados de los exámenes de control y confianza que no todos aprobaron satisfactoriamente, como el caso de Rolando Anaya Araujo, director de Inspección y Verificación. A quien también han visto con el humor poco estable es al secretario del Ayuntamiento, Sergio Lara, de quien se dice que cada día propina más regaños al personal de la Presidencia Municipal, mismo que ya ha presentado quejas por tratos, digamos, poco amables.
En el caso de don Sergio, lo que se oye es que el nerviosismo viene por las elecciones, pero no tanto las locales sino más bien las federales. Y es que, según cuentan, es probable que el actual presidente del PAN Nacional, Damián Zepeda, quede como senador por la vía plurinominal, lo cual en automático dejaría vacante la dirigencia que pudiera ser ocupada por el torreonense Marcelo Torres, quien a su vez pudiera dejar su curul en el Congreso local. Para sustituir a Torres, el PAN de Coahuila mandaría a Lara, lo cual le mueve la jugada al secretario del Ayuntamiento que, dicen, prefiere seguir en su cargo local con la posibilidad de mantenerse otros tres años, a moverse a Saltillo en donde sólo estaría dos más. Pero no sólo en Torreón se da ese fenómeno de funcionarios enojones. Nos reportan que el secretario del Ayuntamiento de San Pedro, Rubén Ávila Torres, también ha protagonizado regaños a representantes de los medios bajo la excusa de proteger las reuniones de seguridad que llevan a cabo con el fin de ajustar la estrategia. Dicen que el cuidado de las formas no es propio de don Rubén, quien ha de creer, como muchos funcionarios, que puede dar órdenes más allá de su equipo de trabajo. Algo parecido ha ocurrido con una agente pericial de nombre Norma en la Vicefiscalía de La Laguna de Durango, quien parece estar programada para entorpecer el trabajo de la Incómoda Prensa aunque ésta no rebase los límites establecidos en las escenas de hechos delictivos. “No tomen fotos” y “vete de aquí” son las frases favoritas que esta servidora pública suele proferir a gritos. No estaría mal para todos ellos una sesión de yoga o tai chi para relajar un poco el ánimo.
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Donde también se percibe cierto nerviosismo, pero de otro tipo, es en el Palacio Rosa de Saltillo. Cuentan que en las últimas semanas las órdenes “de arriba” han sido negar cualquier tipo de información que tenga que ver con la pasada administración estatal que encabezó el hoy operador electoral nacional, Rubén Moreira. Dicen que quienes han osado cuestionar asuntos de distinta índole sobre lo ocurrido en años anteriores se han topado con la misma respuesta: información no disponible. A menos de que los operadores del gobierno anterior se hayan llevado todo, no hay explicación que soporte el argumento de que la información no está disponible. Las malas lenguas dicen que se trata de una medida provisional mientras transcurre el proceso electoral para evitar levantar polvo y que las aguas se agiten. Esta estrategia estaría en consonancia con los bloqueos que el PRI ha intentado en el Congreso local para evitar que se transparenten algunos asuntos relacionados con las finanzas y la deuda. No obstante, las mismas voces consideran que una vez pasando la elección, pudieran darse cambios en la administración de Miguel Riquelme, la cual pudiera empezar ahora sí a marcar su propio rumbo.
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En asuntos de la grilla electoral, en donde el PRI corre el riesgo de sufrir descalabros inesperados en la jornada del 1 de julio en lo que toca a las elecciones municipales. En La Laguna, además de que en Torreón todo apunta a que Jorge Zermeño se reelegirá, en el vecino municipio de Madero las cosas se han puesto color de hormiga. Por el PRI va como candidata Bibi Delgado, actual síndica, quien tiene como rivales a Jonathan Ávalos, de Morena, y Maribel Coronado, por el PAN. La división del voto en una elección de tres pudiera beneficiar a doña Bibi, pero hay reportes intrigantes que hablan de una posible alianza de facto entre los dos aspirantes opositores. Los subagentes reportan que hace unos días Ávalos y Coronado se reunieron con nada más y nada menos que Chito Marrufo, quien perdió por poco la elección del año pasado abanderado por el Partido Joven. Dicen que en esa reunión habrían pactado levantar unas encuestas poco antes de la elección para ver quién es el mejor posicionado y que el otro decline a su favor. De ser así, la probabilidad de una derrota tricolor aumentaría. En San Pedro, la alcaldesa priista Ana Isabel Durán busca la reelección pero está enfrentando serios problemas por reclamos de la ciudadanía debido a la falla en los servicios, principalmente agua potable y seguridad, aunque en los últimos días la situación ha mejorado en este último aspecto. El problema es que doña Ana Isabel no ha podido iniciar siquiera las primeras acciones para cumplir sus promesas de campaña. Como rivales tiene a Iris Cervantes, de Morena, y a Patricia Grado, del PAN, aunque a la que se le ven más posibilidades es a la primera, sobre todo por el efecto López Obrador. En donde dicen que el PRI ha hecho los amarres necesarios para conservar el poder es en Matamoros. El alcalde Juan Carlos Ayup ha buscado alianzas con la gente de los partidos morralla que desaparcieron y los ha ido incorporando a su proyecto. Incluso se habla que Leonel Contreras, hijo del sempiterno líder Jesús Contreras Pacheco y excandidato a la alcaldía, ha tenido acercamientos con Ayup, lo cual podría traducirse en una ruputura en el clan Contreras que controla el populoso sector de Coyote y ejidos aledaños.
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Como ya es hábito en estas fechas de campaña, por las redes sociales circulan encuestas y sondeos no sólo respecto a las posiciones de los candidatos a la presidencia de la República, sino también de los aspirantes al Senado. Una de ellas y solo una, plantea un escenario muy complicado por el partido tricolor en todos los estados, incluso en aquellos en donde es gobierno todavía. Tal es el caso de Coahuila, en donde en el último reporte la alianza que encabeza el PAN se encuentra en el primer lugar, con Guillermo Anaya y Esther Quintana como fórmula, seguido por la coalición del PRI, con Verónica Martínez y Jericó Abramo en el tándem. Pero muy cerca del tricolor está Morena, apenas un punto abajo, con Armando Guadiana y Eva Galaz, por lo que, en un descuido, el Revolucionario Institucional pudiera caer a la tercera posición. Pero, las encuestas son fotografías de un instante y sólo reflejan ese instante, por lo que habrá de esperarse a ver la película completa, tendencias de varias encuestas serias, o de plano, con ánimo de serenidad y paciencia, sentarse a ver qué pasa el primero de julio próximo.
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Las que definitivamente no prenden son las campañas de los candidatos a senadores por Durango de los diferentes partidos políticos o coaliciones, cuyas fórmulas son encabezadas por personajes de la política poco conocidos en La Laguna de Durango o bien, han planteado propuestas superficiales que sólo replican lo dicho por sus jefes, los candidatos presidenciales. Por un lado, está el candidato duranguense José Ramón Enríquez, quien encabeza la fórmula al Senado junto con la panista Patricia Flores Elizondo, en una coalición PAN-PRD-MC que en el ámbito local se ha convertido en una extraña fusión en la cual se resalta más al partido del movimiento naranja (na, na, na, na, na) pese al escaso arraigo que éste tiene en la entidad. Enríquez es además un completo desconocido para los laguneros pese a los esfuerzos que está haciendo por acudir a esta zona una o dos veces por semana, acompañado por el candidato a diputado federal Augusto Ávalos, quien también ocupa esa posición como abanderado del MC y no propiamente de Acción Nacional. Otro candidato que demuestra que se quedó en la retórica setentera es Gonzalo Yáñez, quien compite por la Senaduría por la coalición Morena-PT-PES y ayer dio muestras de ello al reunirse con maestros ante quienes abordó conceptos como “acabar con la burguesía” y replicó lo dicho por su candidato presidencial, en el sentido de acabar con la reforma educativa y hasta pagar a los estudiantes de todo el país “con el dinero que quitarán a la burocracia y a los corruptos”. Por cierto, Yáñez no estuvo acompañado por los candidatos a la diputación federal Marina Vitela ni a las locales, con quienes tiene una marcada división. Por su lado, Rocío Rebollo Mendoza, por el PRI, ha desplegado una campaña “todo terreno” aunque con propuestas no muy aterrizadas que digamos.
