Reacción. Oficiales bloquearon la entrada al cuartel policial donde fue el ataque. (AP)
Una familia de cinco miembros se hizo estallar ayer en una comisaría de la policía en Surabaya, la ciudad más grande de Indonesia, un día después de que otra familia lanzó ataques suicidas coordinados en tres iglesias de la misma ciudad, dejando al menos 17 muertos y más de 40 heridos.
El jefe de la Policía Nacional, Tito Karnavian, confirmó que los atacantes utilizaron dos motocicletas con bombas explosivas contra el Cuartel General de la Policía de Surabaya, causando heridas a seis civiles y cuatro oficiales, sin embargo, cuatro de los suicidas murieron y un niño sobrevivió a la explosión. Karnavian indicó que el atentado en Surabaya no es un fenómeno nuevo y tampoco es la primera vez que una acción de ese tipo involucraba a mujeres, según la agencia indonesia de noticias Antara.
En una intervención televisada, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, calificó el nuevo atentado de "inhumano" y "cobarde", y advirtió que acelerará la revisión de la ley antiterrorista "tan pronto como sea posible". El suceso de ayer tuvo lugar un día después de que una serie de ataques coordinados contra tres iglesias de Surabaya, los cuales fueron cometidos por una familia de seis integrantes.
