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Bajo la lupa propuesta de amnistía de AMLO

PARA EL CASO DEL PROBLEMA DE DROGAS EN MéXICO NECESITARíA UNA LEY PROPIA

Entre críticas. López Obrador ha sido criticado por candidatos y políticos por su propuesta de amnistía. (NOTIMEX)

Entre críticas. López Obrador ha sido criticado por candidatos y políticos por su propuesta de amnistía. (NOTIMEX)

ELIA BALTAZAR

Cuando Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, pronunció la palabra "amnistía" como una opción para atacar la violencia y el crimen en México, desde todos los palcos políticos volaron las críticas.

Pero especialistas en seguridad y gobierno consideran que la propuesta no es tan descabellada como parecería.

En principio, la amnistía no tiene que ver con negociar con el narcotráfico y tampoco se puede recurrir al tipo de amnistía que aplicó en Colombia o El Salvador, afirma Arturo Argente Villarreal, director de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM)

"La negociación con el narco es imposible por la diversidad de cárteles que hay en el país", dice. No hablamos de uno, sino de diversas células esparcidas en cada rincón de México, cada uno con una cabeza, un líder. "Es imposible pensar en una negociación con tantos frentes", afirma. Aunque admite que la negociación siempre es un recurso de los gobiernos. "En Nueva York lo hicieron con la mafia", recuerda.

YA SE RECURRIÓ A AMNISTÍAS

Hay que decir que en México el gobierno federal ha recurrido a la amnistía en dos ocasiones.

Una en 1977, cuando el gobierno federal exoneró a integrantes de diversos grupos armados -como la Liga Comunista 23 de Septiembre, el Movimiento de Acción Revolucionaria y el Partido de los Pobres- para abrirles la puerta a la participación política por cauces legales. Esto se logró en el contexto de la entonces Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales, que también sacó de la clandestinidad al Partido Comunista.

No fue el único caso. En 1994 el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari decretó una Ley de Amnistía como una de las acciones para poner fin al levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del 1º de enero en Chiapas.

En su artículo 4º decía: "Las personas a quienes aproveche esta Ley, no podrán en lo futuro ser interrogadas, investigadas, citadas a comparecer, detenidas, aprehendidas, procesadas o molestadas de manera alguna por los hechos que comprende esta amnistía".

Por lo que una amnistía para el caso del problema de drogas en México necesitaría una ley propia, explica Karen Silva Mora, investigadora del área de justicia en la organización civil México Evalúa, una de las más reconocidas en temas de seguridad y justicia.

Una ley de amnistía la debe redactar el Congreso con parámetros y propósitos muy claros, dice. Por ejemplo, explica, podría beneficiar a personas que están siendo procesadas o hayan sido procesadas por delitos no violentos relacionados con drogas, podrían beneficiarse del desestimiento de la acción penal.

"No necesariamente pueden ser personas que ya estén privadas de la libertad, con una sentencia, sino incluso quienes están siendo procesadas por delitos que tengan esas características".

Hay que aclarar también que la amnistía no es lo mismo que el indulto en términos de la ley. Mientras la amnistía necesita de una ley emitida por el Congreso que marque sus límites, el indulto sí lo otorga el presidente. "Este sí -dice la especialista- a personas que ya estén sentenciadas, que estén privadas de la libertad y se les condona la pena".

Argente Villarreal, del Tecnológico de Monterrey, recurre a ejemplos que pudieran servir para pensar en la viabilidad de la propuesta.

Uno, dice, pueden ser los campesinos que están involucrados en el cultivo de plantas relacionadas con la elaboración de drogas, como la marihuana o la amapola.

"Él ha dicho que la amnistía estaría pensada para la gente que, por razones de pobreza, como el caso de los campesinos, en este tipo de actividades, porque ellos son los menos culpables".

Otra posibilidad son los jóvenes. Sobre todo, dice, los llamados "ninis" -que ni estudian ni trabajan-, que por falta de oportunidades se han involucrado o han sido "enganchados" por el narcotráfico.

Pero su fe en el Congreso para participar en la redacción de la ley de amnistía es débil si la coalición de partidos que postulan a López Obrador no gana la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado, porque sólo así sus propuestas tendrían viabilidad con marco legal.

De lo contrario, hay muy pocas posibilidades a la vista de ejemplos recientes. "Nuestro Congreso acaba de aprobar una Ley de Seguridad Interior que formaliza la actuación del Ejército y la Marina en tareas de combate al narcotráfico".

Además, destaca, dejaron responsabilidades sin cumplir, como concluir la transformación de la Procuraduría General de la República en fiscalía autónoma y la selección del fiscal, y tampoco nombraron un fiscal anticorrupción. "El suyo es un grado de irresponsabilidad que ya tiene hartos a los ciudadanos", dice.

 PIDE POLÍTICA INTEGRAL ANTE VIOLENCIA

Más allá de la viabilidad política, hay que saber si el contexto de violencia que enfrenta México desde hace 12 años permite pensar en la amnistía como opción para devolver la paz al país. Silva Mora, de México Evalúa, considera que sí, siempre y cuando haya un diseño integral de una política que pueda atender la violencia y el crimen desde sus distintos ángulos y sus causas.

"Responder la violencia con violencia, ya vimos, no dio resultados y, por el contrario, generó una espiral de más violencia", dice. Por eso, agrega, es necesario "voltear a ver alternativas distintas al uso de las policías, el Ejército, la Marina, y las cárceles como única solución para contrarrestar el problema de criminalidad que cada vez es más grave y complejo".

Por eso, dice Karen Silva, si la propuesta de amnistía se mira desde un ángulo social tiene sentido. "Es una medida que sí puede ayudar a iniciar un proceso de justicia social respecto de la criminalización de los más pobres, los más vulnerables, que por lo regular llenan las cárceles y son con quienes más se ensaña el sistema de justicia".

Pero eso no basta, aclara, pues lo importante es cerrar la puerta a la posibilidad de que reincidan para subsistir, atacando las causas.

"La propuesta, si bien es un buen inicio, sí tiene que acompañarse de una política mucho más integral que atienda problemas más de fondo y no nada más la consecuencia, es decir, tiene que garantizar que estas personas tengan acceso a sus derechos, a una vida más digna para que no se vuelva a reproducir este círculo".

Tal vez ahora la propuesta de amnistía no suena tan descabellada. Pero "estamos en un momento de incertidumbre en el que es difícil adelantar nada", dice Argente Villarreal.

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Escrito en: Aministía Elecciones 2018

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