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Víctimas, ONGs y coyunturas electorales

DAVID PÉREZ

El día de ayer en el Museo Memoria y Tolerancia en la Ciudad de México, víctimas y Organizaciones No Gubernamentales defensoras de derechos humanos se encontraron con cuatro de los cinco aspirantes a la Presidencia de la República. Margarita Zavala no asistió. A los candidatos se les entregó un documento llamado "Voz de las víctimas" en el que se describe las demandas de ese grupo. Los ejes temáticos son: estrategia de seguridad interna, política de drogas, fiscalía independiente y comisión de la verdad.

Fue un gran acierto de las ONGs al reunir a muchos colectivos de víctimas para la organización del foro. El papel de las ONGs en apoyo a las víctimas es fundamental, porque muchas personas que han sufrido directamente las consecuencias de la violencia en los últimos doce años no siempre están listas para enfrentar procesos de defensa de sus derechos. Al mismo tiempo, es necesario hacer una revisión crítica del papel de estas organizaciones en su proceso de acompañar demandas de la sociedad. La presente coyuntura electoral sirve como criterio de revisión de la actuación de las ONGs.

Ariadna Estévez López en "Transición a la democracia y derechos humanos en México" hace una revisión crítica sobre la orientación e influencia de las ONGs en la coyuntura electoral del año 2000. Analiza el proceso por el cual, durante la última década del siglo XX, los grupos especializados en derechos humanos concentraron sus demandas en la exigencia de los derechos democráticos, enfocando su objetivo en la transición hacia una nueva forma de gobernar. Así, al llegar el proceso político del año 2000, en el que acontece un cambio de partido político en la titularidad del poder ejecutivo del país, las ONGs se relajan. En la consideración de Estévez López la mayoría de las organizaciones no estaban preparadas para enfrentar la crisis en derechos humanos de primera generación que iniciaría años después; más aún, no tuvieron un análisis adecuado de la coyuntura, al no asumir que su objetivo de transición democrática no se logró satisfactoriamente.

Dieciocho años después de la coyuntura electoral mencionada, el proceso de las ONGs ha cambiado bastante. No solo por la profesionalización de muchas de ellas o por sus alianzas con organismos internacionales, o porque algunas de ellas funcionan mucho mejor que el Estado mexicano. Sobre todo, por la capacidad que han tenido de organizar agendas de demandas claras.

Mayormente la perspectiva de las ONGs en cuanto a los casos de desaparición forzada da relevancia a las demandas de justicia, reparación, y verdad. En cuanto al enfoque de la búsqueda de justicia para las víctimas, hay tres demandas fundamentales en los informes de las ONGs, primero, denuncian la ausencia de una ley federal para tipificar el delito de desaparición forzada a nivel nacional, esto ya se logró con la nueva ley en esta materia que este año entró en vigor; segundo, la demanda de investigar, en esa exigencia algunas ONGs han hecho uso de los mecanismos de transparencia existentes y han podido constatar que los avances son prácticamente nulos; el tercer elemento recurrente es solicitar la ayuda de instancias internacionales en los procesos de justicia.

La demanda del derecho a la verdad incluye el derecho de conocer los progresos y resultados de una investigación, la forma en que aconteció la desaparición y la identidad de los actores involucrados en la desaparición. En este sentido, un elemento de las demandas de acceso a la verdad es la demanda de búsqueda en vida. Sin embargo, esta demanda no ha sido atendida, lo que ha hecho que las propias familias de los desaparecidos se organicen entre ellos y con el apoyo de grupos internacionales para la búsqueda de sus familiares.

La ONGs llegan a la presente coyuntura electoral con agendas claras en cuanto a las víctimas en general y a los casos de desaparición forzada en particular. Lamentablemente, la persecución y hostigamiento que han recibido algunos de sus miembros puede ser leído en las actuales circunstancias como síntoma de que están haciendo bien su trabajo.

Independientemente del resultado de las elecciones, es muy importante que las ONGs mantengan sus exigencias, el rumbo y calidad de su trabajo. De los tres candidatos que ocupan los primeros lugares en las encuestas hasta ahora, Meade y Anaya, en su participación en el foro de ayer, reafirmaron sus marcadas diferencias con las perspectivas y propuestas de las ONGs y víctimas. Al menos en las agendas, AMLO es el que tiene más puntos de coincidencia. Ni las víctimas, ni las ONGs se pueden permitir un "cambio" tipo año 2000, ni caer en la relajación ante un eventual triunfo mesiánico, es decir, de quien promete que va a arreglar todo el país.

Twitter: @davidsecular

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Escrito en: David Pérez

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