Santos ya está en semifinales... y lo único que tuvo que hacer fue meter dos goles ante el vigente campeón, ante el rival más peligroso, ante el más "odiado" de los que quedaban en la disputa por el título, y mantener su portería en cero.
Lo hizo con un hombre menos en la cancha, por la expulsión del "Cabecita" Rodríguez. Lo hizo contra el futbol "marrullero", apático y mañoso de los Tigres, ese que hizo encabr... a sus aficionados.
Y es que los jugadores rivales pasaron la mitad del primer tiempo regados por el sagrado campo del Corona, esperando que el reloj jugara por ellos.
Un señor vestido de blanco salió muy molesto del estadio el domingo, mentando madres a quien se le atravesara, golpeando señalamientos viales, "estrujando" patrullas de Vialidad; "no se puede perder así", repetía en su camino de regreso.
Y como él, miles de aficionados felinos deben estar decepcionados de cómo encaró su equipo el partido de vuelta ante la escuadra lagunera.
Santos paró al campeón contra todos los pronósticos, o casi todos. Porque en el partido de ida no les había ido tan mal. La ventaja del equipo de Monterrey no era definitiva, cuidando mucho que no les hicieran daño en la portería de Jonathan Orozco, ese arquero que no olvida su cuna y que se da tiempo para mandar un mensaje a los dos clubes regios: hay que ganar los partidos importantes.
Por ejemplo, Mohamed hoy ya no es más técnico de los Rayados, donde prácticamente ganó nada. Donde el equipo jugaba cuando tenía ganas (después de la final perdida ante Tigres). Donde seguramente varios jugadores se irán como él, por la puerta de atrás. por su apatía e inconsistencia.
Porque parece que la lucha está en el norte, con grandes nóminas y aspiraciones, con escudos que se acostumbran a ganar, a robustecer sus vitrinas y agrandar su historia.
Ante los dos equipos de la Sultana, Santos se erige en el presente torneo como el protagonista de liguillas recientes que todavía aspira a alcanzar una estrella más, con un plantel que al inicio de año no lucía tan esperanzador, pero con un entrenador convencido de su idea futbolística.
Siboldi ha estado en el equipo el tiempo suficiente para hoy entregar resultados con una nómina discreta (en comparación a Águilas, Rayados y Tigres).
¿Se puede? Sí, se puede. Y no creo que haya necesidad de gritarlo. Las historias de triunfo son posibles con trabajo y constancia. En el caso de un equipo de futbol, con el esfuerzo en conjunto.
Hoy todos quieren boletos para el partido contra el América; están conscientes que el equipo de la Comarca se encuentra a 180 minutos de alcanzar una final más. Y nadie quiere perderse esos momentos que hacen vibrar a cualquiera.
Al inicio de la liguilla, me parecía que Toluca y Tigres eran los rivales a vencer. Hoy ya solo queda uno; la sexta está en la mira. De que se puede, se puede.
Síganme los buenos... y las buenas también: @Foko_54.
