E S T A F A
A los pequeños, debemos de enseñarles a cuidarse de las personas que sin motivo alguno les regalan algo a cambio de nada; un juguete, una golosina o cualquier cosa atractiva a sus deseos puede resultar muy peligrosa si ellos no cuentan con la supervisión y aprobación de sus padres. De adultos debemos cuidarnos de la estafa, considerando que nadie regala algo por nada y que el peligro está a la orden del día con tantos depredadores sueltos por las calles.
En los tiempos electorales surgen personajes mesiánicos que ofrecen las perlas de la virgen y no está por demás cuidarse de ellos. Desconfía de aquellos que te prometen dinero y bienes en abundancia a manos llenas con el solo hecho de ser mexicano pobre y desconfía más cuando no te dejan ver con claridad sus verdaderas intenciones, seguramente se trata de una estafa.
Hay quienes todavía se dejan llevar inocentemente por falsas promesas, hay quien entrega todos sus bienes o ahorros a cambio de dividendos extraordinarios que nadie en el mercado financiero podrá cumplir y también hay quien entrega todo su capital a cambio de la promesa de un buen trabajo en el extranjero o a cambio de una plaza como empleado de gobierno. ¿Quién en su sano juicio, querrá regalar mensualmente una importante cantidad en efectivo a jóvenes que ni estudian ni trabajan o entregar una beca económica a quién no lo ha merecido? Y ¿Quién de los que si trabajan y sacan adelante a su familia con el sudor de su esfuerzo, estará de acuerdo a que el gobierno mantenga a tanto holgazán improductivo?
La pobreza no debe ser signo de sumisión y de obediencia cuando nuestra dignidad es moneda de cambio. Nuestras ambiciones y anhelos jamás deben depositarse en las manos de otros porque son el motor de nuestra propia existencia, so pena de ser defraudados o de entregar nuestra alma al mismísimo diablo.
Juan Antonio Aguilar Tello
Torreón, Coah.
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Como el dinero soy
Hace algunos años, estando en Miami, Florida, en un salón de fiestas llamado “Los Violines” por contar con música de estos instrumentos, y era manejado por cubanos en el exilio que habían salido de Cuba por el régimen de Fidel Castro, y estaba de moda una canción que decía, “como el dinero soy, a dondequiera yo voy, nunca anuncia su partida” y en otra parte aseguraba que no necesita despedida, refiriéndose a que el gran capital, los grandes dineros, no suelen tener patria, ni ataduras y que si los tratan mal, se van sin anunciar su partida, ni necesitar despedida.
Tal parece y ojala, que no que en México, ante el temor de un gobierno socialista, que parece ser lo que el destino nos depara, los grandes capitales, salgan buscando mejores horizontes, o que los que pensaban venir, no vengan por la misma razón. Que atrasado México en probar o volver a intentar un régimen socialista, (Echeverría, López Portillo) cuando sobran los ejemplos de que han fracasado en todas partes, y en algunos países que están medianamente bien, es a pesar, no por tener régimen socialista. Por desgracia, a los que supuestamente van a ayudar, serán los mas perjudicados aunque nadie escapara de venir a menos; cuanto vaya a durar este experimento, no lo se, pero si se que son especialistas en perpetuarse a pesar de los malos resultados. Rusia, Cuba, Corea del Norte, Venezuela, etc. En México, mas por necesidad que por ignorancia, se votara por estos socialistas y que Dios nos ampare.
Raymundo Portilla
Torreon Coahuila
