Todos los equipos por muy buenos que éstos sean han caído a lo largo de una temporada en algún tipo de crisis, leve o aguda. No hay cosa que enoje más a un director técnico que el periodismo les cuestione después de tres o cuatro partidos sin ganar si su equipo ya cayó en crisis, normalmente regresan la pregunta, "¿tu cómo lo consideras, si hemos perdido dos partidos y empatados dos? Por dar un ejemplo, la palabra crisis, así como la palabra fracaso son las más odiadas por cualquier entrenador o directivo. Y es que a veces perdemos de vista el significado real de las palabras y las manejamos con alguna ligereza, la palabra crisis significa: Situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso.
Santos Laguna está en una crisis, y aquí ya no hay vuelta de hoja, cuatro derrotas seguidas, cinco en los últimos seis partidos, un gol anotado en los últimos tres encuentros. Lo grave del asunto para el proceso de Robert Dante Siboldi es que esta méndiga crisis estalló en el momento más inoportuno, después de asegurar la calificación con los cuatro triunfos consecutivos ante Cruz Azul, Necaxa, Monterrey y Puebla, el equipo se le vino abajo a Siboldi. De los siguientes seis juegos (incluyendo la ida de cuartos) sólo ganó uno y perdió cinco.
Hoy por la tarde en el Corona el equipo lagunero intentará otra épica hazaña, ganar dos a cero o cuatro a uno (marcadores más "lógicos") al equipo más exitoso de la actual década, al equipo que busca su cuarta final seguida y el bicampeonato. El equipo con uno de los mejores planteles del continente, así de claro. Como así de claro estaba en los Clausuras 2012 y 2015 donde el gran favorito era Tigres y los Guerreros los eliminaron, pero a diferencia de este Clausura 2018, Santos no llegaba tan maltratado por los resultados, esta es la vez que peor llegan los de la Comarca a una cita tan fundamental para sus aspiraciones de otro campeonato.
Siboldi ha tenido que lidiar como parte de esta crisis con la lesión de uno de los mejores centrales de la Liga (Néstor Araujo) y con los absurdos comportamientos en momentos claves en la cancha de su mejor volante creativo (Osvaldo Martínez) y para colmo la enfermedad del dúctil mediocampista Diego de Buen. Robert le ha buscado, le ha movido y los resultados han sido desastrosos, Javier Cortez no da una y Jesús Isijara volvió a caer en una confusión donde siempre decide mal, Lozano intenta individuales imposibles y ha perdido el toque. Esto hablando de los volantes, adelante al parecer el fragoroso torneo que ha tenido Julio Furch le ha pasado la factura, el rubio argentino parece extenuado y ya pidiendo esquina. Djaniny otra vez apostándole a la fortuna, enfrenta a tres y espera que el rebote le favorezca, sin Furch a tope, el africano se ve aislado. Otra de las innovaciones de Siboldi es jugar con tres centrales como si tuviera dos aviones como laterales/volantes, no los tiene, Abella es el que más pisa campo enemigo, pero está peleado con el balón, Villafaña juega como si tuviera 38 años. Esto es sólo parte de esta crisis en la que vive Santos Laguna actualmente, pero este equipo fue segundo lugar durante un buen trayecto, en casa aun perdiendo lo invicto dio uno de sus mejores partidos, Tigres como visitante baja sensiblemente su rendimiento, la gente está metidísima con el equipo de la región Lagunera y quieren ver a su amado equipo no sólo entregándose, sino jugando bien y sobre todo anotando goles.
Si éste será el último partido del torneo de Santos Laguna en un largo tiempo (se nos viene el Mundial) que deje una sonrisa de satisfacción en su gente, y si se va a dar la épica otra vez, pues mucho mejor y que los paramédicos estén a la mano. Siboldi y sus muchachos invocan al estado de gracia que los abandonó, que regrese y les dé una manita que se va a necesitar, el resto deberá de corresponder a los futbolistas y su técnico, optimizar lo que se tiene y que sea lo que los dioses de la pelota quieran.
