La presente contienda electoral por la Presidencia de la República está tomando dimensiones que hubieran resultado difíciles de pronosticar. En este sentido, un aspecto que en las últimas semanas ha resultado importante es el llamado voto útil, que es conocido también como voto estratégico, el cual se emite en clara referencia a una opción electoral que puede vencer a un contrincante político. Este "voto útil" busca posicionarse principalmente por los equipos de campaña, como la alternativa real para la población electoral, no sólo para ganarle a un quien encabeza las encuestas, sino para ofrecer una serie de propuestas que presumiblemente beneficiarían a la población. Por ello, llama la atención que diversos medios de comunicación han destacado los llamados que tanto Ricardo Anaya, de la Coalición Por México al Frente, como José Antonio Meade, de la Coalición Todos por México, han hecho en torno al voto útil.
A poco menos de dos meses de que concluyan las campañas presidenciales y si observamos diversas encuestas que han sido publicadas recientemente, AMLO tiene claramente un posicionamiento que lo ubica en el primer lugar de las preferencias de los electores, pero Ricardo Anaya ha ido subiendo en la contienda y Meade parecería no acabar de despegar en su campaña electoral.
El voto útil al que se han referido estos dos candidatos a la Presidencia de la República, Ricardo Anaya y Meade, se basa en tratar de convencer a la población de que son la mejor opción para enfrentar a AMLO. Por ello, la estrategia de posicionar el voto útil se está inyectando en la ciudadanía como la opción más viable de triunfo. Ricardo Anaya buscaría hacerse de los votos de los indecisos, de los de Meade, de los de Margarita Zavala y hasta de "El Bronco", en tanto que Meade busca, en contraparte, los votos justamente de Anaya, de Zavala y "El Bronco". Así, la esencia del voto útil es evitar la dispersión de los votos y buscar que se concentren en la opción más viable de triunfo electoral.
El significado del voto útil sería que un elector pueda declinar su preferencia electoral por una alternativa real de triunfo que esté basada en propuestas que alienten a la población a contar con la esperanza de que mejorará su entorno, el país, sus condiciones de vida, de seguridad, económicas, sociales, entre otras.
Tanto Anaya como Meade buscan dicho voto útil por igual y si alguno en realidad quiere ganar la contienda electoral tendrían que estar pensando en definiciones claras a la vuelta de la esquina y no dejar pasar más tiempo.
En tanto AMLO continúa en línea recta y en esto los políticos deben entender que dicha opción ha significado una esperanza para la población harta de inseguridad, corrupción, violencia, falta de oportunidades, salarios bajos, entre otros factores que, justamente deben ser las líneas verticales de cualquier campaña política.
En consecuencia, el mejor elemento de credibilidad que tenga la población de un actor o actores políticos lo es la honestidad, el que se atienda a la población que eligió a nuestros representantes populares, pero sobre todo, es buscar lograr un mejor porvenir para nuestra nación.
El voto útil sí puede significar un quiebre en cómo van las campañas electorales, y podría ser real si las opciones logran ponerse de acuerdo por quien pueda contar con las preferencias electorales más reales de triunfo en un corto plazo, así que veremos en las próximas semanas si dichos llamados al "voto útil" tienen eco o no en alguno o algunos de los candidatos.
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