Qué bendición es "brincar" a un nuevo año de existencia; cuántas satisfacciones se pueden sentir al ver que "a pesar de todas las vicisitudes que trae consigo cada día que el Creador nos regala, éste pudiera ser el último de nuestra, de vuestra existencia, ya que "por muy optimistas que pudiéramos ser" sabemos que la "vida pende de un hilo" y que a pesar de esto, hay que iniciarlo con la ilusión de terminarlo y sobre todo tratando de aprovecharlo al máximo, si esto debe ser una regla para los jóvenes con mayor razón para nosotros los "adultos mayores o más qué mayores" que estamos conscientes de que no es nada más un día más en nuestra existencia sino uno menos en el devenir del tiempo y que tal vez sea el último en nuestra existencia terrenal; no obstante hay que aprovecharlo al máximo y de mil maneras, sobre todo en aquello que nos "gusta" llevar a cabo. Me da tristeza ver a tantos jóvenes y últimamente no tan jóvenes que se pasan horas y horas "pegados a sus celulares" perdiendo como he mencionado muchas veces "lastimosamente" muchas horas del día y que pudieran dedicarlo a estudiar, a repasar sus libros, sus tareas y no estar desperdiciando esos minutos, esas horas de su vida de una forma tan estúpida e inconsciente, pero…, bueno, algún día recapacitaran de esa pérdida, y analizaran que lamentablemente ya no hay marcha atrás, no hay manera de recuperar ese tiempo perdido aunque muchos "ilusos" así lo crean.
Ese primer día de mi setenta y dos años, lo utilicé realizando un recorrido por el bulevar Río Nazas el cual fue acompañado de muchos gratos recuerdos y afortunadamente en ningún momento estuvieron presentes algunos de los muchos que hay en el transcurso de la vida y que afortunadamente, dicen los siquiatras, dicen los sicólogos que van y se alojan al "inconsciente" y que "muy raramente retornan al consciente; de igual forma aproveché esta caminata para pensar en lo que me gustaría llevar a cabo durante el transcurso de los siguientes días, las siguientes semanas, y de ser posible en el transcurso de los próximos doce meses, recorrido que repetí al día siguiente y muchos días más, ya que ahora utilizo esta vía para llevar a cabo mis entrenamientos matutinos y por diferentes recorridos para no hacerlos "muy aburridos" El domingo cuatro del mes se llevó a cabo la doceava carrera de Torreón a Lerdo 12-K donde participé por última ocasión portando el número 1177 y donde para cruzar la meta me llevó dos horas y siete minutos con 12 segundos. Unos días después escribí un mensaje en donde narraba todas las ocasiones en las que había estado presente y los tiempos que había empleado para llegar a la meta, al cual titulé: "De Torreón a Lerdo no es tan solo una polka; es también una carrera pedestre. El día 9 lleve a cabo un recorrido hacia el Cerro de las Noas donde necesité dos horas y 28 minutos para subir y bajar. El domingo 11 participo en una carrera local con el número 247 y el tiempo empleado fue de 59 minutos y 40 segundos. El día 18 del mes participo una vez más en una carrera de 10- K con el número de registro 207 y un tiempo de 2 horas y 09 minutos para cruzar la meta. El día 25 participo en la carrera 10-K Reto del Desierto en Química del Rey donde el tiempo para cruzar la meta fue de 2 horas 46 minutos y 18 segundos, al final de la misma determiné que sería la última en que me haría presente y que tal vez en las próximas ediciones tan solo recorrería de 5 a 6 kilómetros. Días después escribo un artículo al cual titulé: ¿Acaso será tiempo de retirarme de participar en carreras pedestres? O tan solo de esta carrera. Pues como analizaba en cada participación necesitaba más tiempo para llegar a la meta y vino a mi mente la siguiente reflexión: Que no te avergüence llegar a viejo. Es un privilegio negado a muchos" de un autor anónimo. El día 27 realizo un recorrido más hacia el Cerro de las Noas donde corroboro una vez más que los tiempos de subida y bajada superaban las dos horas ( 2:26:10 hrs.)
"Los hábitos se forman con la repetición de acciones. Los expertos nos dicen que con 21 día, otros que un mes, repitamos determinado acto, se convertiría en un hábito difícil de dejar de realizar y por supuesto con un mejor estilo de vida"
El uno de junio participamos en Saltillo en el Medio Maratón con su modalidad de "Relevos", tres corredores llevando a cabo siete kilómetros cada uno. Mis compañeros fueron los profesores Valles de Barrientos quienes portamos el número 198 A, B y C. El tiempo que empleé en el corrido fue de 1 hora, 35 minutos y 44 segundos.
El día seis realizo una vez más el recorrido hacia el cerro de las Noas donde lo logré después de un tiempo de subida y bajada de 2 horas, 21 minutos y 15 segundos. El domingo 8 participo en una carrera más de 5 kilómetros, el número de participante fue el 388 y el tiempo empleado para cruzar la meta de 59 minutos y 30 segundos. Todavía el día 12 llevo a cabo un recorrido más hacia el Cerro de las Noas donde mi tiempo fue, una vez más de dos horas. Una carrera que seguro estoy no me he perdido ninguna en mis años de corredor es la del "Día del Padre", si bien en un principio en la modalidad de 10 kilómetros, ya después en la de 5 kilómetros, mi número de participante fue el 679 y donde necesité de 58 minutos y 56 segundos para cruzar la meta. El domingo 22 de junio, recordando un año más de la ceremonia de graduación en la Escuela de Medicina, realizo en recorrido hacia el Cerro de las Noas donde necesité de 2 horas, 11 minutos y 41 minutos para subir y bajar, se trataba del 41 aniversario y en esta ocasión lo celebramos en Saltillo y Arteaga.
"Las personas adultas necesitamos estarnos programando un gran número de metas posibles, por pequeñas que éstas sean para no perder el interés por la vida. Si no lo hacemos así, moriríamos lentamente, porque existen muchas formas de suicidarse y ésta es una de ellas a pesar de que no utilicemos un arma o un veneno para conseguirlo". Jacobo Zarzar.
