Cierre. Para concluir el Festival Cazacuentos llegan las narraciones extraordinarias basadas en la obra de Allan Poe, al festival. (El Siglo de Torreón / Aida Moya)
Este 27 de abril a las 20 horas estará sobre las tablas del teatro Alfonso Garibay, el narrador oral y actor, Luis de la Cruz. Presentará el espectáculo De muerte y locura. Cuentos de Edgar Allan Poe y otros perturbados. Esta función representa el cierre de actividades del Segundo Festival Cazacuentos.
La narración-actuación de Luis cuenta con la dirección y producción de Víctor Vázquez. Comparten que empezó como un espectáculo puro de narración oral, con una línea de terror psicológico que se apoya en la iluminación, los efectos de sonido, y demás elementos para conformar la atmósfera adecuada y atemorizar al auditorio.
La estructura del discurso escénico cambia cada 50 representaciones, además, hay ocasiones especiales, como la que podrá apreciarse en Torreón. La actuación de este viernes, inscrita en la cuarta temporada de funciones, es una selección de los mejores cuentos de otras temporadas.
El programa final, uno que es para adolescentes y adultos, todavía no está decidido del todo. Se tienen ya definidas cuatro historias: El corazón delator y La caída de la Casa Usher, de Poe, La gallina degollada, de Horacio Quiroga, y La cabeza de mi padre, narración construida a partir de una nota periodística.
El ejercicio oral parte de estar a la altura de las creaciones del cuentista y poeta estadounidense. Luis de la Cruz comparte que, gracias a las palabras del escritor bostoniano y otros perturbados, consiguen mantener al público cautivo mientras él, como narrador, y sus cómplices hacen de las suyas. Luis, por ejemplo, decide alargar o acortar la narración con base en las reacciones del público.
"Siempre hay variantes, improvisación, eso de romper la cuarta pared hace más invasivo el terror", comenta.
Víctor Vázquez asegura que el espectáculo se nutre gracias a la conexión que establecen con el público: "Les pedimos que nos escriban, qué nos hagan llegar sus opiniones, tenemos esas fuentes de información directa, también se da el contacto a través de redes sociales, así medimos si el público está disfrutando con lo que le estamos presentando".
La idea de contar estos relatos de terror surgió de rebote. Luis tenía que dar una función en una preparatoria, y pensó en algo que pudiera interesar a los estudiantes y dejarles algo, eligió a Poe y su objetivo fue generar el deseo de leer los cuentos del norteamericano.
A esa primera función le siguió otra y luego otra y la número cien y más.
"Era un proyecto intimista, en una habitación, con pocos apoyos, y ahora hay funciones en teatros, con dirección escénica, creación de atmósferas, efectos de sonido, diseñamos una dinámica teatral para las presentaciones", indica Vázquez.
En cuanto al protagonista de la acción, Luis de la Cruz afirma que, ya con una década de labor narrativa en el morral, todavía le causa sorpresa ese "trabajar con palabras".
Explica que unas horas antes de la entrevista hizo una narración para niños y tenía la inquietud de cómo hacer para entretenerlos y al mismo tiempo sembrar algo en ellos: "Busco que el niño lea, con la historia adecuada ya tienes un buen porcentaje de la labor hecha, para que las imágenes se proyecten en la cabeza del espectador".
La esencia es la historia contada, complementa su cómplice, y es que al final, lo que la gente quiere es escuchar una historia.
