Siglo Nuevo

Shekoufeh Mohammadi

Iván Hernández

Foto: Aída Moya

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Iván Hernández

Recorrer mundos antiguos y con ilustraciones suena sencillo cuando la invitación a visitarlos forma parte del relato hilvanado por Shekoufeh Mohammadi Shirmahaleh, del Seminario de Hermenéutica del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Nacida en Irán, mexicana por decisión, cursó la licenciatura en Filología Española en la Universidad Allameh Tabatabaí de Teherán. Se doctoró en Lingüistica Aplicada en la Universidad de Alicante.

Compagina su labor como embajadora de la dimensión investigadora hermenéutica (enfocada en el análisis de textos literarios, mitos y símbolo) con actuaciones como cuentacuentos o bien como vocalista del Ensamble Didar, agrupación dedicada a la música tradicional iraní.

Hablar con la doctora Mohammadi deja en claro que contar una historia, además de una forma de entretenimiento antiquísima, representa ejercitar la memoria colectiva.

¿Cómo es vivir en el mundo de los textos, de los símbolos, de interpretar escritos sagrados, antiguos?

La experiencia es muy interesante, pero no es nada nueva. Por tradición, mucha gente de Irán está acostumbrada a habitar la literatura. Muchas veces nuestro mundo es más real cuando es literario que cuando es el mundo tangible. Por ejemplo, cuando se escribió el Shahnamé, El libro de los reyes (siglo X) estábamos viviendo un tiempo histórico muy complicado. Como Irán tiene una historia de muchas invasiones, lo difícil de las condiciones políticas y sociales siempre se contrarrestaba con la literatura. Este libro en el que yo trabajo, nace como un libro de resistencia, es decir, Irán sufre la invasión árabe en el siglo VII, los frentes militares están fracasando, entonces surge un movimiento de resistencia literaria en la que se empiezan a recolectar antiguas leyendas épicas y éstas leyendas le recuerdan a la gente, le recuerdan a los iraníes qué idioma hablan, cuál es su pasado, cuál es su historia, quiénes son los personajes que conforman su imaginario. Este libro se convierte como en el resguardo o el refugio de la memoria de una cultura muy antigua, todavía no podemos hablar de nación en ese momento, pero hasta hoy día sigue cumpliendo esta función, es decir, la gente todavía se reconoce en el Shahnamé y a partir de este texto todos los demás poetas crean mundos literarios en los que la gente puede vivir a salvo de la hostilidad del entorno. Por eso digo que no es una experiencia de ahora, es algo que se vive mucho en Irán. La experiencia con la poesía es muy cotidiana.

¿Cómo es el diálogo con textos a siglos de distancia del presente?

Afortunadamente el persa de hoy es muy parecido al persa del siglo VIII. Nadie me lo cree pero así es. Algunas cosas, en cuanto a la pronunciación, sí han cambiado, pero entendemos perfectamente los textos de ese siglo. Además, la gente sigue contando estas historias de forma muy regular. En Irán es muy normal sentarte en una reunión y escuchar un relato, es muy normal sentarte en una reunión con los amigos y “jugar a poesía”. ¿Cómo es este juego? Yo digo un verso y con la letra en que termina tu empiezas otro verso. Prácticas así hacen que aquello proveniente de hace muchos siglos todavía esté vigente.

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Foto: Aída Moya

Amin Maalouf dice que la verdad histórica tiene corazón de leyenda. ¿Así sucede con El libro de los reyes?

Ferdousí, autor del libro, hizo que nuestra cultura pudiera sobrevivir frente a la invasión y lo consideramos un artista, uno de los mejores poetas que tenemos. En otros países que compartían la cultura persa, en cambio, lo consideran un historiador. Esto es muy interesante porque él, en su obra, cuenta la historia de la humanidad desde el primer hombre hasta el último imperio persa, de eso trata El libro de los reyes. Entonces, sí te esta contando una historia del mundo que además es universal porque incluye a otros países, a otras culturas. Por otro lado, hay un fundamento muy tangible de leyendas y de mitos. Creo que la leyenda y la historia son dos cosas muy entretejidas. Muchas veces, las leyendas nos pueden enseñar muchísimo, tanto como la historia misma. En el tiempo mítico en que transcurren las leyendas épicas, nosotros aprendemos algo muy importante: las condiciones de la vida actual no son estables, esto va a cambiar, todo está sujeto a cambio, y el tiempo mítico, al ser circular, nos enseña que todo se repite. Si hay momentos de opresión, habrá momentos de esperanza, mas los momentos de esperanza tampoco son estables, van a pasar. A mí me parece como un puente hacia futuros imaginables, puedes imaginar cómo será el mañana pensando en cómo ha sido en el pasado.

Ha tratado de explorar las coincidencias entre la cultura iraní y, por ejemplo, la cultura náhuatl y su noción del tiempo circular...

No he hecho todavía nada de mitología comparada, pero he tenido la oportunidad de escuchar a muchos colegas del instituto, tenemos gente que trabaja la cultura maya o de la India, por ejemplo. Cuando hablas con ellos te dicen de lo mismo: el tiempo en el mito no es un tiempo lineal que tiene un pasado que se fue y se acabó y un futuro al que hay que llegar sino que constantemente es circular. Sí, hay mucho parecido.

¿Cómo es el tiempo mítico? ¿En nuestra sociedad actual se puede hablar de que estemos forjando un tiempo mítico?

El tiempo mítico se refleja de mejor manera en los siglos actuales. El ejemplo más accesible que tenemos es algo como que todos los años, en la Ciudad de México, las jacarandas florecen en marzo, luego pierden las flores, luego están verdes todo el año y al año siguiente otra vez lo mismo, pero las jacarandas que nacen al año siguiente no son las mismas de antes. La naturaleza es un tiempo circular. En nuestros días también estamos viviendo el tiempo mítico, nuestro tiempo del cuerpo también es circular. Lo estamos viviendo sin darnos cuenta. Nos hemos inventado otro tiempo que es el lineal y creemos que estamos viajando por él, pero no es así. Estamos viviendo el tiempo mítico y el tiempo mítico no es nada lejano, de hecho, los mitos son la primera experiencia del ser humano con la naturaleza, hablan de esta vivencia, de cómo se vivían los fenómenos.

¿Qué tan selectivos somos con las historias de la antigüedad que conservamos?

Una historia mítica que ha prevalecido hasta hoy trata sobre un rey muy bueno y después sobre un rey tan terrible como demoníaco. Luego, hay como una insurrección popular que acaba con el terror. El personaje del dictador terrible se llama Zahak, el rey serpiente, y reina mil años, mil años de obscuridad. Si usted googlea Zahak y pone el buscador de imágenes van a salir imágenes del ser mítico y del líder supremo hoy día en Irán con serpientes en los hombros. Es algo muy vigente. El régimen actual en Irán es dictatorial. Seguimos viviendo el tiempo de Zahak con la esperanza de que habrá un Fereydún que acabará con esto.

Hablando de poner fin a males arraigados ¿Que le ha parecido el movimiento #MeToo?

Importante y necesario. Creo que a veces se establecen ciertos criterios que no son del todo correctos, pero me parece que movimientos así son necesarios y más para la parte del mundo de la que provengo. Ahí estamos hablando de otro tipo de derechos y de otro tipo de leyes que apoyan cierta discriminación. Muchas veces me preguntan ¿cómo se vive en Irán y qué se siente al llevar el velo?, cosas por el estilo. Les parece que estamos bajo una represión terrible, y lo es, pero lo que es importante destacar es que hay todo un movimiento de resistencia en Irán, se llama Las Chicas de la Calle Revolución, una de las calles de Teherán, es como una protesta contra el velo obligatorio. No hacen nada, se van a un sitio alto, se quitan el velo y lo mueven, pero esto ha molestado muchísimo al gobierno, las ha arrestado a todas, las ha amenazado, ha amenazado a sus familias, entonces es como resistir sin que digas nada, aunque envías otros mensajes como que el espacio público nos pertenece y queremos estar como queremos, no que nos obliguen a estar de cierta manera. Como esa hay muchas otras campañas contra las leyes discriminatorias. Creo que son muy importantes, muy necesarias y seguramente van a tener influencia.

En México también se discrimina a las mujeres en varios planos.

México e Irán son muy parecidos en este sentido. Muchas veces, cuando me dicen que “pobres de las mujeres iraníes”, digo, pobres de las mujeres mexicanas, porque yo no he visto que aquí las traten nada mejor. Es algo que compartimos desafortunadamente. Una diferencia es que en Irán hay muchas corrientes machistas apoyadas por la ley, aquí no es tanto así, aquí más bien es de tradición familiar o cultural.

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Foto: Aída Moya

En nuestro país es más penado robarse una vaca que violar a una mujer.

Qué mal. Eso no lo sabía. Pero sí, son situaciones muy parecidas. También hay que decir que los culpables no son solamente los hombres o las leyes, también las mujeres. Muchas veces nosotras somos las más machistas del mundo. Eso sólo va a cambiar si empezamos desde la casa, desde la manera en la que educamos a los hijos, fomentar la igualdad entre hermanos, quién hace las cosas de la casa, quién hace las cosas de fuera, la colaboración, no darle más importancia a mi hijo que a mi hija.

¿Qué tipo de lecciones guarda El libro de los reyes? ¿Hay algo que aplique para nuestros tiempos?

Sí, son muchas lecciones. En el cuento de Zahak y Fereydún quizá la que más se nota es que no hay que guardar silencio frente a la opresión, hay que levantar la voz y si estamos unidos en ella, si una voz es la de todos, va a ser capaz de terminar con los más terribles de los tiranos, creo que esta es la lección más evidente.

Dedicarse a la hermenéutica suena a algo tan desapegado del mundo real.

La hermenéutica es la teoría y la práctica de la interpretación. Así de sencillo. La hermenéutica es algo que todo el mundo utiliza en todas las carreras del mundo, en las ciencias llamadas duras, en las ciencias humanas. Se utiliza todo el tiempo, todo el tiempo estamos interpretando señales, símbolos, textos. La hermenéutica es la base teórica y metodológica de interpretar. No es nada del otro mundo. Cuando decimos que trabajamos en el Seminario de Hermenéutica es porque la mayoría de nosotros, siendo filólogos, tenemos textos con los que trabajamos, literarios, religiosos, filosóficos, poéticos. Nos dedicamos a interpretar estos textos en su contexto histórico, cultural, social, eso es la hermenéutica.

¿Cuál es su proceso de investigación?

Tengo este libro enfrente, me llega de muchos siglos atrás y quiero ver que encuentro en él. Lees el texto, siempre haces una primera lectura superficial, donde notas cosas: “Ah, este es el cuento que me está contando en este pasaje el libro”, por ejemplo. Luego, me meto más y veo que utiliza ciertos adjetivos cuando habla de un personaje y que todos los adjetivos son lunares. Habla con la luna con este personaje, habla con el sol con el otro. Entonces leo cosas sobre antecedentes históricos del texto y me doy cuenta de que esto ocurre porque en realidad este rey que ahora aquí aparece como Yamshid antes era un dios solar, por eso los adjetivos son solares. Acudes al contexto y entiendes e interpretas mejor el texto.

¿Es como hacer alquimia simbólica?

Algo así. Es un trabajo muy bonito, mágico, muy creativo. Finalmente se trata de entender mejor las cosas, de interpretarlas de la manera más correcta posible, aunque teniendo en cuenta que la obra de arte, la literatura, siempre va a sobrepasar cualquier interpretación. Es tal su fuerza. No se puede abarcar. Al final, el texto literario se tiene que disfrutar, creo que de eso se trata.

¿Cómo embona la semiótica?

Trabajo desde la semiótica de (Charles) Peirce, lógico y filósofo norteamericano. Él piensa que hay una figura llamada “metáfora”, pero su metáfora no es lo que comunmente se conoce con ese nombre. Llama de ese modo a cualquier cosa en nuestro mundo que nos lleva, nos conecta, de manera directa a una experiencia. Si yo voy pasando por una calle y de repente hay un olor a cierta flor que me recuerda a mi infancia, ese olor es, para mí, una metáfora de mi infancia. En el texto literario existen metáforas de este tipo. El cuento de Zahak, Yamshid y Fereydún, para los iraníes, es la metáfora de nuestra experiencia con tiranos, por eso es que lo revivimos siempre. Peirce habla de que la metáfora te permite la “revivencia”, es decir, “revivir” las cosas, resignificarlas constantemente, en relación a experiencias pasadas y, claro, juntando las experiencias del siglo XXI con las cosas del siglo VII. Trabajo con su teoría a través de las metáforas, encuentro las metáforas en el texto y veo la función que pueden tener para enriquecer la memoria cultural.

Para hacer buena hermenéutica, ¿qué recomienda?

Hago una recomendación extraña: que escuchen y busquen muchos cuentos, no libros de texto científicos, no, a esto irán cuando vayan a la carrera, tendrán suficiente tiempo para leer todo eso. Para reparar en la riqueza y la importancia de la hermenéutica, empieza buscando en la cultura popular, en los cuentos de los abuelos, en las tradiciones orales de los pueblos originarios. En todo ello hay un montón de cosas que luego nos pueden motivar a aprender más a través de ciencias como la hermenéutica. Esa parte no hay que descuidarla, no hay que leer solamente a los grandes, también hay que ver qué tenemos a nuestro lado, porque lo estamos ignorando y tarde o temprano vamos a volver a ello. A mí me pasó en la UNAM, me dije “voy a ponerme a estudiar este texto muy seriamente” y sí, lo estudié y me di cuenta de que tenía que recordar lo que me contó mi abuela para poder interpretarlo bien. Son cosas que siempre van de la mano.

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