(EL SIGLO DE TORREÓN)
Cuentan nuestros subagentes que el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño, no anda de muy buen humor y es que todo parece indicar que a sus directores se les olvida que son tiempos electorales y hacen todo lo posible por entorpecer su administración, aunque algunas lenguas viperinas aseguran que más bien el problema es que les da demasiada rienda suelta a sus subalternos. Un día hay quejas contra Simas o por malos servicios y al otro, demanda de los empresarios para reforzar los rondines policiacos en las zonas fabriles o por la inseguridad que ha causado preocupación en los últimos días tras el asesinato de dos personas al salir de un restaurante ubicado en el bulevar Independencia. Y como muestra del desorden que hay fue la última sesión de Cabildo donde el principal tema que se abordó fue el caso de la malla ciclónica que rodeaba la parte perimetral del aeropuerto de Torreón por la calzada Ávila Camacho...
Retirada por trabajadores municipales y presuntamente vendida “al kilo”, de acuerdo a las imágenes que se difundieron en redes sociales. El Municipio ya se comprometió a realizar una investigación sobre el misterioso caso, que ayer motivó un recorrido, convocado por el regidor Ignacio García, por los patios del Sistema Integral de Mantenimiento Vial (SIMV) para mostrar una malla, que se presume, es la del objeto de discordia. El alcalde debe darse prisa en meter orden, ya que partir del próximo lunes tendrá menos tiempo porque inicia la campaña rumbo a la elección.
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Al parecer a las autoridades se les olvidó el poder de las redes sociales. La mañana del pasado lunes, circularon videos sobre un presunto enfrentamiento entre elementos de la Fiscalía y de Grupo de Armas Tácticas y Especiales (GATES) en el periférico Raúl López Sánchez de Torreón, a la altura de la Universidad Autónoma Agrario Antonio Narro (UAAAN). La información en las redes causó alarma entre los laguneros, que recordaron la época en que las balaceras eran el pan de cada día. Entonces, las diversas corporaciones se empeñaron en minimizar los hechos y sólo aclarar que se activó el Código Rojo, por “un reporte de presencia de civiles armados que generó la movilización de las instituciones de seguridad”. Luego confirmaron que se trataba de agentes adscritos a grupos de reacción que trabajan en operaciones especiales, pero no dieron detalles sobre las detonaciones, como sino hubieran ocurrido, sin embargo, en los videos claramente se escuchan y son los que causan preocupación entre los ciudadanos.
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El tercer lugar en las encuestas, Pepe Meade, visitó ayer la capital de Coahuila y como ya le habíamos adelantado estimado lector, contrario a la costumbre priista de “mostrar músculo” no realizaron eventos masivos, al menos no de la manera habitual, donde los camiones que trasladan a militantes y acarreados llenan las calles de los alrededores donde se realizan los actos públicos. Ayer por la mañana, el candidato presidencial se reunió con mujeres y por la tarde tuvo el “gran evento” en la Plaza de las Ciudades Hermanas y no en el Parque Maravillas, el lugar público más grande de la ciudad y donde tradicionalmente se realizan los mitines de los candidatos a presidente y gobernador. Al respecto, en rueda de prensa un reportero preguntó a Meade qué pensaba de la poca gente que había en el acto matutino, si acaso era porque no despuntaba la campaña, a lo que él argumentó que se trataba de una reunión que se había planeado así, sólo con mujeres para hablar de la agenda de género y que ya por la tarde tendría el evento masivo. Sin embargo, cuentan nuestros subagentes disfrazados de matracas tricolor que no llevaron al aspirante al Maravillas porque el acarreo cuesta y no hay dinero en la campaña para el despilfarro, tal vez esa fue la razón por la que tampoco se vieron los tradicionales lonches, playeras ni las decenas de autobuses.
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En la bella Ciudad Jardín recientemente empezaron a quejarse los comerciantes pequeños y populares porque don Othón Reuter, director de Arte y Cultura de Lerdo, no les da ninguna preferencia para colocarse en el perímetro del Festival Internacional Cultural Lerdantino. La razón es porque no tienen solvencia económica ni la capacidad de pagar los miles de pesos que está cobrando la administración municipal, a través de Don Othón, para colocar su puesto. Así pues, los eloteros, vendedores de nieve, artesanías, churritos, fruta, galletitas y demás que se coloquen en el Festival tendrán que ser de “alto nivel” y “gruesa cartera” ya que sino pagan no los dejarán vender. Dicen los comerciantes que el Festival Lerdantino, cuya organización está a cargo del director de Arte y Cultura, no los beneficiará. No es la primera vez que a don Othón lo acusan de falta de sensibilidad. Basta recordar el conflicto que tuvo con las personas de la tercera edad, cuya sana diversión era cantar en la plazuela Juárez con apenas una bocina y un micrófono, pero fueron removidas de este paseo público porque según el propio director de Arte y Cultura causaban molestia. Lo cierto es que en lugar de entrar en conflicto con los comerciantes, don Othón debería poner más atención en la logística del Festival, ya desde que llegó la estructura rentada para el escenario principal, frente al reloj de la Presidencia, los trabajadores responsables de la instalación se las han visto negras y porque es demasiado alta topa con los cables de alta tensión.
