TOKIO(Reuters) - Mientras le masajean una espesa capa de lodo en su piel, los ojos de Rinzzie se cierran de placer y toda su cara se relaja.
Es su tercer viaje a un salón de estética para recibir el costoso tratamiento que utiliza barro importado del Mar Muerto, un enorme placer que claramente disfruta.
Rinzzie tiene tres años, y es una perrita.
Los salones de mascotas son la última tendencia sibarita que ayuda a que la vida de los perros en Tokio estos días sea muy, pero muy buena.
Aunque no se realizan estadísticas sobre los gastos de los japoneses en sus mascotas, la industria parece inmune a la desaceleración económica que ha congelado los gastos de los consumidores en ese país.
Y como los dueños de animales en cualquier nación sólo quieren lo mejor para sus mascotas, los altos ingresos disponibles y la demografía - incluyendo, quizás, la cada vez menor tasa de natalidad - han hecho que los perros japoneses sean particularmente muy mimados.
"La gente estos días no piensa en los perros sólo como si fueran animales, sino como si fueran sus verdaderos hijos", dijo Seiren Suzuki, propietaria de 'Salón para Mascotas Jannie's', un centro que ofrece masajes y baños de lodo para perros junto a los más habituales servicios de peluquería.
"Así que incluso aunque (los amos) no vayan a salones de estética para someterse ellos mismos a tratamientos de belleza, sí que llevan a sus perros", agregó.
Estos placeres, sin embargo, no son baratos.
Los tratamientos de belleza en el centro de Suzuki van desde los 10.000 yenes (83 dólares) para perros pequeños como Rinzzie, un papillon, hasta los 30.000 yenes (250 dólares) que cuestan para un San Bernardo. Si le incluye un corte de pelo para un perro grande, la factura puede elevarse a 50.000 yenes (417 dólares).
A pesar de ello, Suzuki dice que tiene al menos 10 clientes caninos al mes para recibir el tratamiento con lodo del Mar Muerto que aplicó a su propia perrita, Grace, a recuperarse de los rigores de un embarazo y parto.
"Estaba perdiendo su pelo, y aunque esta clase de cosas se trata normalmente con vitaminas, puede tardar mucho en funcionar", dijo Suzuki.
"Así que experimenté con algunos masajes de barro para uso humano, y su estado mejoró bastante", agregó.
Recientemente, además de Rinzzie, el salón se animó con la presencia de otros clientes -entre ellos una bulldog de dos años llamada Pooh-, que asistió a su primer tratamiento.
Pocos minutos después que comenzó el masaje, los ojos de Pooh se cerraron y su lengua se le salía relajada fuera del hocico.
Normalmente los perros se relajan tanto que se duermen, y sus ronquidos pueden oirse en todo el salón.
"Hay muchos beneficios de salud", dijo Suzuki. "Muchos perros sufren de alergias de la piel y eczema, y esto ayuda".
Los tratamientos de belleza están lejos de ser sólo un lujo disponible a los suertudos perros japoneses.
Abundan sitios de Internet que venden correas de lujo y otros productos esenciales para los caninos mimados, como platos de plata con el nombre de la mascota grabado.
Otros ofrecen lazos, corbatas o collares para agregar un toque de glamour a su caminata diaria.
"Con esta corbata, se puede desechar la idea de que sacar a pasear al perro requiere de un collar y da un paso adelante en el estilo con un poco de humor!", se lee en uno de los anuncios de los productos.
Suzuki cree que los japoneses derrochan lujos para sus perros porque los animales les ayudan a consolarles de los avatares de la vida moderna, incluyendo el desempleo en alza y un futuro incierto.
"Mirar las caras de sus perros les hace olvidarse de todos sus problemas", afirmó. "Es por eso que quieren darle cosas".
