En la capital Ereván, muchas personas salieron a las calles para celebrar. (AP)
El primer ministro armenio Serzh Sargsyan renunció inesperadamente este lunes, al parecer con la intención de poner fin a las multitudinarias protestas contra el gobierno.
En la capital Ereván, muchas personas salieron a las calles para celebrar. La gente se abrazaba y besaba, y los conductores sonaban los claxon.
La renuncia, anunciada en la página de internet de Sargsyan, siguió a 10 días de protestas en la capital por su nombramiento como primer ministro, que es parte de la transición hacia un nuevo sistema gubernamental que reduce los poderes de la presidencia y amplía los del primer ministro.
Los críticos vieron la decisión como un intento de Sargsyan para mantenerse en el poder. Era presidente desde 2008 hasta que los límites de su mandato lo obligaron a irse en marzo. Armen Sarkisian, exprimer ministro y embajador en Gran Bretaña, fue electo en su lugar.
Miles de personas salieron a las calles de Ereván desde el 13 de abril para protestar contra el gobierno, y la movilización del domingo atrajo a unas 50,000 personas.
Nikol Pashinian, líder de las protestas, fue arrestado el domingo después de reunirse con el primer ministro. Fue liberado este lunes en la tarde.
En una declaración imprevista, Sargsyan admitió este lunes que no tuvo que haberse resistido a las demandas de la oposición. “Nikol Pashinian estaba en lo correcto. Yo estaba equivocado”, declaró.
Los líderes de la oposición todavía no han comentado sobre la renuncia de Sargsyan y convocaron a un mitin para el lunes en la tarde en la capital.
