Nadie nos "da" empleo. Nosotros le ofrecemos a alguien nuestra capacidad para hacer algo que, sumado a lo que ya hacen los que trabajan en una empresa, puede resultar en algo más atractivo para dicha empresa. Nosotros somos los que debemos convencer a otros de que sabemos hacer algo útil que necesita la empresa para ser más eficiente.
Si pensamos que "nadie nos da trabajo" es como poner un problema nuestro en manos de los demás porque no sabemos hacer algo que a los demás les interese adquirir o pagar. Todos tenemos que buscar la forma de ser útiles a los demás. La cuestión vital del empleo, la clave del éxito es aprender a serle cada vez más útil a los demás.
Las empresas se esfuerzan en reunir muchas capacidades, muchos esfuerzos para lograr hacer servicios o productos que les sirvan a los clientes. Si la empresa no puede ofrecer los servicios o productos con mejor calidad, precio o tiempo de entrega que sus competidores, no podrá permanecer en el mercado y, por lo tanto, no podrá invitar a trabajar a nadie. Pero si la empresa determina que le podemos ayudar en alguna parte de ese trabajo, nuestra oportunidad de que acepte nuestra solicitud de empleo aumenta considerablemente.
Nadie está obligado a darle trabajo a nadie. Pero todos tenemos la oportunidad de aprender a hacer cosas útiles para los demás. Entre mayor cantidad de cosas útiles aprendamos a hacer, a más empresariosles convendrá pagar por nuestra capacidad de trabajo.
Nunca, tener un grado de escolaridad -secundaria, preparatoria, carrera técnica, profesional o maestría- a garantizado que podamos conseguir empleo. Además de los estudios, tenemos que aprender a hacer algo útil y estar dispuestos a trabajar sin que nos estén empujando para hacerlo bien. Debemos tener disposición a servir, a servir bien, de manera sobresaliente, en cualquier horario, con puntualidad y con toda nuestra inteligencia, no solo mostrar nuestro nivel de estudio.La capacidad de una persona para realizar un trabajo depende de los conocimientos que tenga de ese trabajo en particular, no depende de los años de estudio, sino de los conocimientos precisos que se requieren para realizar ese quehacer. Depende también de la habilidad que se ha adquirido con base en la práctica y depende de nuestra fuerza de voluntad, del tamaño de las ganas que le ponemos al trabajo.
Si tienes cero conocimientos, tienes cero capacidad, si tienes cero habilidad, tienes cero capacidad. Si no tienes una voluntad férrea para trabajar, tienes cero capacidad. Necesitamos escoger un tema que nos guste hacer y una vez determinado el tema, dedicarnos a aumentar nuestros conocimientos estudiando, leyendo, preguntando, consultando por internet o por cualquier otro medio con tal de saber más y, además, que sea interesante para nosotros de manera que sea más fácil meterle toda nuestra voluntad.
Si estamos en un trabajo que no nos gusta, que hacemos a la fuerza solo por la necesidad de comer y sobrevivir, no haremos ese trabajo con toda la voluntad ni le meteremos todas las ganas para hacerlo bien. Por eso es necesario conocernos, saber qué es lo que nos gusta hacer, para encontrar un trabajo que vaya con nuestra forma de ser. Un trabajo que nos incite a ponerle toda la voluntad, a fregarnos bien y bonito para que ese trabajo, aunque no sea muy bien pagado ahora, sea un trabajo que podamos cultivar y hacer florecer fregándonos, pero con gusto.
Si así estuviéramos preparando nuestro principal quehacer, cualquiera que este fuera, muy pronto estaremos listos para ofrecer lo que sabemos hacer y ello aumentaría mucho la probabilidad de conseguir el empleo que queremos y que necesitamos para desarrollarnos.
Que nos vaya bien o que nos vaya mal no depende tanto de cómo se presenten las cosas afuera, en nuestro país o en la economía mundial. Asumir nuestra responsabilidad es obligarnos a aprender a navegar en cualquier tipo de mar. Nos conviene pensar como una empresa de una sola persona. Somos empresarios de nosotros mismos, somos los dueños, los jefes, los administradores, el equipo, el sindicato, el proceso y los productores de algo. Trabajo siempre hay, pero siempre se contrata y se le paga al que lo sepa hacer de mejor calidad.
