Los doctores no esperaban encontrarse con peluches cuando iniciaron la operación. (INTERNET)
La historia de Maisy, un perro San Bernardo de ocho años es como ninguna otra. Sus dueños estaban lidiando con la terrible noticia de que su mascota podría morir de cáncer, pero resulta que no era un tumor lo que tenía en el estómago, sino cuatro peluches ahí atorados.
Todo comenzó cuando a Maisy se le comenzó a hinchar el estómago. Dejó de ir al baño y luego dejó de comer. Los veterinarios pensaron que era un tumor y que su salud deterioraba, pero cuando hicieron la operación, se dieron cuenta que la causa de los malestares del perro era otra.
El veterinario Nick Blackburn le dijo a la publicación Metro: “Es seguro decir que esto no era lo que nos esperábamos encontrar”.
Los doctores removieron los peluches, que Maisy le había quitado a los otros perros de la casa, unos chihuahuas, y ahora se recupera en la clínica veterinaria.