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Diversidad Biológica y Diversidad Cultural

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Existen países como Colombia, Perú, Madagascar, entre otros, que se caracterizan por tener una gran diversidad biológica, son países megadiversos. Otros países como Nueva Guinea y Nigeria, son ricos en diversidad cultural, es decir, en el espacio geográfico delimitado por su territorio, conviven e interactúan diferentes grupos étnicos con diferentes expresiones culturales. México es de los pocos países que además de ser megadiverso, contiene una gran diversidad étnica y cultural.

Por eso es que cuando tenemos la oportunidad de pasear por cualquier parte de nuestro país, además de la diversidad del paisaje, podemos apreciar diversas lenguas, etnias, religiones, expresiones artísticas, valores, gastronomías, cosmovisiones, entre otros. Quizá para algunos de nosotros parezcan distantes estos conceptos, pero sólo en el norte de México la presencia de grupos étnicos como los Yaquis, Mayos, Seris, Pápagos, Kikapú, Tepehuanos, Tarahumaras, entre otros, interactúan y nos enriquecen con sus tradiciones.

En el centro y sur de México se concentra un número mayor de grupos étnicos entre los que destacan Mazahuas, Otomíes, Purépechas, Mexicas, Nahuas Tlapanecos, Mixtecos, Mixes, Triquis, Zapotecos y Mayas. Actualmente la población indígena es de aproximadamente 15 millones de personas, repartidas en 56 grupos étnicos.

Mi buen amigo Eckart Boege es más preciso y hace una propuesta muy interesante en base a la clasificación de regiones indígenas que incluye, aparte de los 655 municipios netamente indígenas, a otros 190 con presencia de población indígena, mismos que concentran 3.2 millones de indígenas: "Así, pienso que los 655 municipios indígenas podrían, en una primera aproximación aceptable, ser reconocidos constitucionalmente como territorios de los pueblos indígenas de México donde se ejerciera la autodeterminación y autonomía. Los 190 municipios con presencia de población indígena podrían ser definidos como regiones interculturales que requieren una política cultural específica hacia las minorías dispersas y de pérdida acelerada de condiciones culturales y lingüísticas indígenas."

La diversidad étnica y cultural se asocia también con una gran diversidad agrícola. Recordemos que México es un país megadiverso, con más de 30 ecosistemas y es uno de los 4 "Centros Vavilov" de domesticación de plantas en el Mundo. El Dr. Sarukhán nos comentaba como ejemplo de la gran domesticación de plantas silvestres los casos de las Calabazas y relativos (Cucurbita sp.) y el frijol (Phaseolus sp): en el primer caso se domesticó la calabaza pipiana, el chilacayote, el zapallo, la calabaza de castilla y la calabacita. El ejemplo de los frijoles cultivados y domesticados incluyen al teparí, escumite, al acalete, gordo, al ib, patashete y al frijol común.

Pero además, un aspecto de gran importancia en la actualidad es que existen alrededor de 10 especies de calabacitas silvestres y de 40 especies de frijol sivestre que aún no son utilizadas y que podrían ser domesticadas. Existen parientes de plantas cultivadas dispersas en todo el territorio nacional.

Eckart hace un análisis del papel que han tenido los pueblos indígenas en el desarrollo de una gran agrobiodiversidad que los convierte en un componente clave para la seguridad y soberanía alimentaria, Eckart lo expresa de la siguiente manera: "los agroecosistemas indígenas y campesinos son, en México y en el mundo, los reservorios genéticos de origen más importante de las plantas domesticadas. Una visita a los mercados indígenas es suficiente para darse cuenta de la inverosímil variedad que existe en cuanto a forma, coloración y nomenclatura de maíz, calabaza, chile y frijol. El uso de distintas variedades de maíz y demás plantas del agroecosistema mesoamericano tiene un valor agronómico estratégico en la producción de la unidad familiar."

En su libro El patrimonio biocultural de los pueblos indígenas de México, Eckart Boege destaca la importancia de los pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad y de la agrobiodiversidad: "La intersección de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) federales con los territorios de los pueblos indígenas dio los siguientes resultados: del total de 152 anp, 52 tienen población indígena. Estas 52 suman 5 578 545 hectáreas, de las cuales 1 467 034 corresponden a los territorios de los pueblos indígenas, lo que representa 26.2 por ciento de la superficie total de las mismas. Las 16 reservas que están en territorios de los pueblos indígenas tienen un rango de extensión territorial que va de 10 mil a 358 443 hectáreas por área protegida. Por esta razón, las ANP tendrían que tener un procedimiento específico de participación para los pueblos indígenas en las mismas, del cual tendría que dar cuenta el marco legal que significa la firma por parte de México del Convenio sobre Diversidad Biológica y las Conferencias de Partes que se han venido realizando. Las cifras arriba mencionadas tienen gran importancia para la conservación in situ de la biodiversidad mexicana, ya que presentan la necesidad de la representación indígena en la toma de decisiones tanto para la designación de las autoridades como para el diseño de las políticas hacia las mismas ANP."

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