RECORDANDO A ESCRITORES DE COAHUILA Y ZACATECAS
El número 2 de la Revista Nuevo Cauce de fecha octubre, noviembre y diciembre de 1965 con 72 paginas, contiene 13 artículos publicados, del grupo de escritores, la mayoría, del Ateneo Lagunero, y abre la brecha en esta revista, el filosofo Enrique Mesta Zúñiga con su articulo: "VEINTE AÑOS DESPUÉS": y en parte dice:
"De los años cuarenta, el pasado inmediato de 'CAUCE', ha pasado mucha agua bajo el puente. El campo de la ciencia se ha tornado fascinador; el de la filosofía, por fin, ha resuelto el milenario problema del conocimiento".
"En estos años se comprobaron asombrosamente muchas hipótesis de hombres ocupados en hacer física, química, biología y otras ciencias; hipótesis que al adquirir el rango de teorías, marcan momentos estelares en la prócer e interminable tarea de la ciencia, la mas portentosa empresa acometida por las neuronas albergadas en cráneos superdotados".
"La ocasión es propicia, pues, para cumplir la exigencia de examinar, de vez en cuando, la situación y la función del hombre en su cosmos, en ese mundo mas complejo que el universo físico".
"Las teorías comprobadas, merced a magistrales experimentos que repitieron hechos de la naturaleza, han transformado la cosmovisión del HOMO SAPIENS, por haberse develado el misterio del origen de la vida, después de complicadas investigaciones y de los microorganismos; y también por haber venido a tierra muchos baluartes de la superchería, de los dogmas y del solipsismo idealista, al derivarse del acervo científico categorías filosóficas que decidieron el debate multicelular del problema del entendimiento en favor de un nuevo realismo".
"Los credos que glorificaban al rey de la creación yacen hoy en verso fue creado para satisfacer las necesidades y los deseos de los hombres".
"Empero, al llegar a su periodo de grandeza científica los poderes intelectuales de los griegos - la geometría nació, un matemático tebano, que vivió a fines del Siglo V A.C., hizo un esfuerzo imaginativo para enseñar que la tierra no era centro del universo, sino un planeta mas que giraba alrededor del "fuego central". Por su parte, Heráclides de Ponto, contemporáneo de Aristóteles, descubrió que Venus y Mercurio dan Vuelta alrededor del Sol. Sin embargo, aunque abrió ancha brecha, no se precipitó por ella el progreso astronómico. Cleantes, un discípulo de Zenón el estoico, propuso que Aristarco fuera acusado de sacrilegio por desplazar la morada del mundo. Una vez mas, los prejuicios religiosos - como dos siglos antes sucedió con Anaxagoras - apartaron de la verdad al pensamiento. Únicamente Seleuco mantuvo con firmeza una opinión favorable a la hipótesis de Aristarco; pudo hacerlo, sin arrostrar peligros, en Mesopotamia, donde tenían menor influencia las deidades. Para que la teoría heliocéntrica resplandeciera hubo que esperar la llegada de la revolución copernicana".
"Después de mil ochocientos años de permanecer estancada la astronomía, donde Tolomeo la dejó con su embrollo de ciclos y epiciclos, reanuda su marcha impulsada por Copérnico".
"El astrónomo de Pomerania declara que la vieja hipótesis de Aristarco puede explicar los movimientos de los planetas y para demostrarlo redujo a 34 circunferencias las 80 con que Tolomeo pretendía explicar los fenómenos celestes. Copérnico en sus Comentarios prueba que la Tierra gira sobre si misma, y a la vez se mueve en el espacio alrededor del Sol. La publicación de sus Narratio - Una exposición mas amplia de sus investigaciones y observaciones -, que circuló en 1543, no provoca mayor oposición eclesiástica hasta 1616, cuando la obra de Copérnico fue suscrita en el INDICE para prohibir su lectura".
"La tormenta se desató en 1609, al inaugurar Galileo la astronomía telescópica. Construido su primer Telescopio, Galileo lo apuntó en muchas direcciones y los descubrimientos se sucedían unos a otros. Vio cuatro satélites girando en torno de Júpiter, igual que Copérnico había imaginado a los planetas moviéndose alrededor del Sol. En 1610, confirma que el Sol gira sobre su eje y calcula el periodo de esta revolución...".
Por: José León Robles de la Torre
