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¿Y la señora que 'ayuda' en la casa?

DAVID PÉREZ

Doscientos pesos diarios para la "señora" o la "muchacha" que "ayuda" en la casa. Si se ponen listas ganan más que en una maquila. Es más seguro trabajar en una casa. Con suerte tienen una buena patrona que las trate bien. A veces les toca una casa con niños que no son tan malos. Lo bueno es que muchas veces ni ven al señor de la casa. Hay familias de todo, algunas son ejemplares, hasta les conceden comer en la misma mesa. Otras son tan generosas que las invitan a irse de vacaciones con la familia, y todo pagado.

Es muy difícil encontrar una buena ayuda. Las hay de todo. A veces unas abusan de la confianza y generosidad de las familias que las "contratan". Unas roban, otras faltan, llegan tarde, se enferman, se casan o tienen hijos. Y buscar un reemplazo es muy complicado, porque por doscientos pesos hay que encontrar una persona que sea digna de confianza para dejarla entrar en la casa. Y si es una muchacha de "quedada" (lo que significa que la persona está 24 horas en el lugar de trabajo), más difícil de conseguir.

Cuando se encuentra una buena "señora" no hay que dejarla ir. El problema es cuando otras familias se enteran de que tú sí tienes una buena "muchacha", porque te la pueden pedir prestada. Cuando se encuentra una que sea "trabajadora y amable", es mejor que se quede en la familia. Lo que bien podría ser una evocación de la novela "The help", escrita por Kathryn Stockett (2009), que luego fue adaptada al cine con el mismo nombre, en la cual se narra el movimiento por los derechos civiles ejemplificado en la realidad de las trabajadoras domésticas de Jackson, Mississippi, en la década de los sesentas. Pero no es así.

Es hasta el día de hoy, parte de las realidades de muchas personas que prestan servicios laborales en domicilios particulares es que no tienen ningún tipo de prestación legal. El pasado 29 de marzo el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU aprobó las observaciones finales sobre el examen que realizó al quinto y sexto informe periódico de México. En el documento, el Comité refiere que el 57% de personas trabajadoras lo hace en el sector informal de la economía. Es decir, son más de la mitad las que no están debidamente protegidas por la legislación laboral ni tampoco cuentan los derechos de protección social, como lo son: el acceso a la salud, pensión, y demás prestaciones.

Entre ese amplio sector se encuentran las personas que trabajan en la prestación de servicios domésticos. El Comité señala para este sector en particular que las personas se encuentran en condiciones de trabajo precarias, con salarios muy bajos, reducida seguridad laboral, condiciones de insalubridad y en peligro de explotación y abusos. Básicamente se encuentran en una condición de vulnerabilidad. En la que sus derechos laborales no solo quedan expuestos a ser violados, sino que muchas veces las personas que trabajan en este sector no son consideradas como sujetos de derecho laboral.

Parte de la primera recomendación que el Comité hace al Estado mexicano es que se garantice una remuneración digna. No solamente para digna para la persona que trabaja sino que también con ese salario tenga suficiencia para que las personas que dependen del trabajador tengan una existencia digna. Como debería ser para los trabajadores de cualquier sector. Se recomienda también una inspección laboral efectiva de las condiciones de trabajo. Lo que implica que se verifique la situación contractual (la mayoría de las veces inexistente) y la revisión del lugar donde se realiza el trabajo.

El Comité recomienda que exista en el país un mecanismo eficaz para establecer denuncias de abusos y explotación. Además de las limitantes institucionales que puede tener esta recomendación, también implica un desafío en cuanto a la manera de entender el trabajo doméstico y el empleo informal en general. Implica un proceso de dignificación de ese sector laboral y de concientización de los derechos. En principio para que las personas que trabajan en domicilios particulares se consideren sujetas de derechos, pero no menos importante que quienes las emplean se asuman como deudoras de los beneficios laborales que la ley otorga.

Si ese 57% de trabajadores se incorporara en el trabajo formal, el crecimiento no solo se estaría respetando sus derechos, sino que tiene un efecto colateral importante. El respeto y cumplimiento de los derechos humanos, en este ámbito concreto, los derechos laborales, puede tener también un efecto económico positivo en la sociedad en general. Sin embargo, quizá ahora no es tiempo de hablar de este tema, porque estamos entretenidos en nuestra búsqueda sexenal del salvador de México.

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