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Presidenciales y el agua de La Laguna

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

La prioridad y problemática profunda de La Laguna es el agua, aunque aparezcan o coloquen temas de seguridad y economía, entre otros, como inmediatos.

Quienes buscan la Presidencia de la República lo saben, mas todos los partidos políticos le han dado la vuelta.

Saben que el Acuífero Principal de La Laguna, del cual se abastece la zona metropolitana, está en peligro, pero nada hacen.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reconoció, desde el inicio del siglo, que los depósitos subterráneos están sobreexplotados, que existe déficit de recarga, que en una cantidad indeterminada de pozos se deteriora la calidad del líquido y que no hay disponibilidad de agua del subsuelo para otorgar nuevas concesiones de extracción.

En los días que transcurren, aparentemente no hay mayor problema, con diversos inconvenientes pero el abasto de agua para los consumos humano e industrial está garantizado en las ciudades centrales, por el momento.

Sin embargo, los síntomas de agotamiento advertidos por la Conagua misma están presentes en la zona metropolitana desde hace muchos años.

Los sistemas operadores del agua en los municipios, también ya reconocieron que están perforando pozos a más de 400 metros de profundidad desde hace casi veinte años y que muchos se agotan rápidamente, por lo que acuden a la clausura, a la reposición o a la ampliación de tubería para alcanzar depósitos más abajo. El peligro está, por lo tanto, latente.

En La Laguna, la causa principal de la problemática del agua se ubica en la zona rural, donde existe gran acaparamiento del agua y una concentración de bombeo intensivo para uso agrícola; todo mundo lo sabe. La regulación no ha sido posible principalmente por la oposición de productores agropecuarios y la corrupción de empleados públicos. La comarca es consciente de ello.

En lo que va del siglo XXI, ¿cuántos directores de la Conagua van? ¿Y qué han hecho? ¿Alguien recuerda, por ejemplo, la obra de Cristóbal Jaime Jáquez, aquel director nacional de la Conagua del sexenio de Vicente Fox -tiempo de la mal llamada transición a la democracia-, procedente de La Laguna? Prometió instalar medidores volumétricos en la totalidad de pozos de uso agrícola. Casi veinte años después de su compromiso, ¿cuántos medidores volumétricos hay?, ¿cuántos telemétricos?

Y eso que en aquel tiempo se sabía ya que el sector agrícola consumía el 81.2 por ciento del agua de La Laguna, mientras que el de uso público-urbano era de 11 por ciento, el de uso doméstico 2 por ciento y de industrial 1 por ciento, según datos de las instituciones.

En aquel tiempo, familiar ya para la parte informada de la Generación Millennial, se sabía que debido a la sobreexplotación para uso agrícola, era mayor la extracción de agua que la recarga del acuífero, por lo que en algunas áreas de la región se había incrementado el abatimiento de niveles de bombeo en forma creciente, poniendo en riesgo la sustentabilidad del acuífero hasta una situación preocupante, según estudios de la misma Comisión Nacional del Agua.

Ya no se diga, pues, de los subsiguientes directores de la Conagua en lo que va del siglo XXI: José Luis Luege Tamargo, del PAN, David Korenfeld Federman, del PRI, y Roberto Ramírez de la Parra, también del PRI hoy. De los anteriores mejor ni hablar, fatal, desde el salinato, Fernando González Villarreal (PRI) y durante el zedillato Guillermo Guerrero Villalobos (PRI).

Es, por consiguiente, en la zona rural, en las actividades agrícolas, donde se ubica la causa del abatimiento de los acuíferos subterráneos de La Laguna y del acaparamiento del agua del sistema de presas Lázaro Cárdenas-Francisco Zarco; es donde radican los intereses de quienes creen negociar con los presidenciables hoy, que los lleve salvos cuando menos al año 2024, un sexenio más, fuera de lo que consideran la incómoda participación ciudadana.

Veinte años hace, cuando menos, que se extiende el abatimiento de acuíferos subterráneos a la zona metropolitana de La Laguna. Hay agua, pero, ¿por cuánto tiempo, de qué calidad?

El funcionamiento actual en condición de sobreexplotación evidencia una recarga menor a la descarga y por tanto un desequilibrio en detrimento del almacenamiento de acuíferos que abastecen a La Laguna.

Tiene la ciudadanía experiencia ya de estragos de la sobreexplotación y contaminación de agua en la comarca; ¿qué prevén, pues los presidenciables y la presidenciable hoy, llámense Zavala, Anaya, Meade, Obrador?

@kardenche

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Escrito en: Yo Río Libre

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