Cuando Calles, en 1929 creó el actual sistema político mexicano, copió el modelo fascista en el cual, el jefe del ejecutivo lo es también de los otros poderes, del partido oficial y demás instituciones nacionales. Entre 1930 hasta 1994 y ahora en 2018, los comicios han sido "elecciones de estado" El IFE y ahora el INE, desde su formación como organismo "ciudadanizado", fue concebido como estructura piramidal con consejos general; locales y distritales; siendo éstos últimos quienes hacen el trabajo duro; los que se la fletan diariamente por lograr un proceso legal; de hecho, son la parte más sensible del árbitro electoral.
Burocráticamente existe la "Junta Distrital" compuesta por los vocales; profesionistas muy capacitados, eficientes y con gran sentido de responsabilidad, apoyados por personal administrativo; todos ellos de tiempo completo. En su generalidad estas personas son honestas en su actuar, aunque muy cuadradas a las reglas llegadas de los consejos general y local; que, aunque no coincidan plenamente con la ordenanza jurídica y principios rectores del propio INE, ellos obedecen con rectitud. Existe manifiesta certeza que la junta local en Coahuila, ha sido alineada al IEC; quien este año esquilmará 180 millones de pesos sin hacer prácticamente nada, manifestación absolutamente clara que, a pesar del fraude electoral, se le premia y eso le permite concertar con "escudos u organismos ciudadanos", amnésicos de la terrible ofensa al electorado.
La otra parte son los llamados "Consejeros Electorales" antes "ciudadanos", pero ahora oficializados como funcionarios: eso indica una gran pérdida de ciudadanización. Son seis en cada estado y distrito electoral; tienen voz y voto en las decisiones del consejo, aunque prácticamente éstas son intrascendentes ante las emitidas por el consejo general. Los consejeros distritales son designados por el consejo local, el cual fue, a su vez, indicado por el central; el de los sueldos millonarios y colosales prestaciones; ahí donde los partidos políticos cobran sus cuotas. Es conocido que en dicho cuerpo colegiado conviven lacayos de los grandes partidos, especialmente del oficial.
En diciembre pasado se renovaron los consejeros distritales; existe incierta confianza ciudadana depositada en ellos (nos gana la incertidumbre); ojalá y ellos sean capaces de comprenderlo, son la última oportunidad de que esta nación cuente con una elección legal. Esperamos sean como aquellos que, en la pasada elección de Coahuila, se atrevieron a impedir que miembros de partidos políticos se infiltraran como observadores, luego, durante la jornada electoral recorrieron las casillas y documentaron el fastuoso fraude realizado, después lo presentaron ante su consejo, lo denunciaron a los medios de comunicación y hasta enviaron una carta al presidente nacional del INE. Ciertamente nada pasó, pero dejaron constancia de que existen personas leales a la democracia y a los electores dentro del propio INE; cuyo desprestigio ha llevado a un alto porcentaje de mexicanos a creer que en 2018 habrá otra vez fraude electoral, a pesar de las promesas de transparencia del consejero presidente; si, aquel que se burló de unos indígenas.
La parte agobiada del INE la constituyen los Capacitadores Asistentes Electorales, (CAE → s); a quienes les llamó yo "Bajo INE". Ellos sí que realmente la sufren; con salarios bajísimos: en 2018 recibirán siete mil pesos mensuales, menos impuestos más gastos. Únicamente cobrarán los meses de la elección: =mitad de enero a mitad de julio=; con jornadas interminables, sin días ni horas de descanso; uniformados con "cálido" chaleco y cargando una gran mochila con material electoral; llueva, truene o haya candente sol, deben ir a tocar en las casas de los insaculados para funcionarios de casilla. Reciben, injusta e inmerecidamente malos tratos; desde portazos en la cara hasta insultos por infinidad de personas que no creen en el INE, y eventualmente son asaltados por malandros. En el mejor de los casos, son recibidos por los seleccionados, quienes ofrecen inmensidad de excusas negativas. Sin embargo, deben cumplir cabalmente el cometido de notificar (al menos 20 notificaciones efectivas diarias), capacitar una y otra vez y cuantas sean necesarias, máxime que, como ya comentaremos, esta elección será terriblemente complicada en lo logístico. Finalmente acompañarán a los funcionarios de casilla en la jornada electoral. Un trabajo muy duro, aceptado por una auténtica y grave necesidad que la inmensa mayoría de ellos sufren, (personas de escasos recursos y sin trabajo).
Los CAE 's son la cara del INE ante el funcionario de casilla, por ello es injustificado que, el rechazo que muchos ciudadanos guardan contra el sistema electoral (perfectamente entendible y, en casos como Coahuila, hasta aplaudible); lo expresen contra quienes ninguna responsabilidad o culpa tienen. El CAE deberá buscar a los insaculados y tras vueltas y vueltas logra pocas aceptaciones. Sabe también que el día de la jornada electoral algunos no llegarán a la casilla y, nuevamente a sufrir; desesperadamente buscar suplentes capacitados, evitar que los "operadores" del partido oficial, formados en la fila desde muy temprano, busquen defraudar ocupando los lugares de los ciudadanos honestos en la casilla.
Finalmente; el día de las elecciones, ellos correrán por todas las casillas de su área, ayudando a los funcionarios, enviando información precisa del desarrollo del proceso y terminando su jornada hasta el amanecer del día siguiente. Comprendámoslos, si no aceptamos el cargo, no los molestemos, y si es posible, brindémosles alguna ayuda. Recordemos: ellos no hacen el fraude, tampoco escogieron el mes de febrero ni la letra "F" para quienes deban ser funcionarios de casilla; son simples trabajadores explotados.
