El caso fue compartido por un programa australiano. (INTERNET)
En el 2010, un gusano y una mala decisión dejaron a un joven apasionado por el futbol paralizado de por vida.
Esta es la historia de Sam Ballard, de Australia, quien entonces tenía 19 años, se encontraba bebiendo con sus amigos vino rojo cuando de pronto, según su mejor amigo, Jimmy Galvin, apareció el gusano arrastrándose por la mesa y lo único que preguntó fue: ¿debería comerlo?
A los pocos días, Sam comenzó a sentir un intenso dolor en las piernas. Al ir al médico y contarle los hechos, se descubrió que el animal que había ingerido era un 'lungworm de rata' y como su nombre, estos se encuentran dentro de roedores o simplemente están infectados por comer heces de los mismos.
Lamentablemente contrajo 'Meningoencephalitis', una severa infección y cayó en coma por 420 días.
Tres años más tarde, a los 22 años, Sam fue dado de alta del hospital en silla de ruedas y con parálisis cerebral.
Hoy, a los 28 años, el joven continúa con problemas de salud, pues sufre convulsiones, debe ser alimentado por una sonda y no puede controlar la temperatura de su cuerpo.
Sus amigos que lo acompañaban el día del 'reto que cambió su vida', siguen frecuentándolo y aseguran que su amistad continuara tanto Sam se los permita.
Jimmy Galvin y Michael Sheasby aseguraron a un programa local que continúan divirtiéndose igual que en los viejos tiempos, se juntan para ver el futbol y de vez en cuando le ponen cerveza en los labios porque le recuerda a sus tiempos de juventud.
Por otro lado, la madre declaró que no culpa ni a su hijo, ni a sus amigos por la decisión que tomó hace ocho años.