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China en Estados Unidos

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

Donald J. Trump primero declaró la guerra comercial a China y menos de una semana después redujo la bravata a simple amago. Es tan errática y engañosa su política económica y comercial que basta echar un vistazo somero a los Estados Unidos (EU) para descubrir que tiene metida a la potencia asiática en su territorio, en expansión, promovida por el mismo magnate presidente, hasta en uno de los sectores industriales que antaño convirtieron al capitalismo estadounidense en superpotencia mundial: petróleo y gas.

China financia la construcción de un centro petroquímico en Appalachia, EU, que proyecta abarcar Pennsylvania, Ohio, Virginia Occidental, Kentuky, y apunta a rivalizar un día con el corredor industrial de la costa del Golfo de Texas y Louisiana.

El Appalachian Storage Hub, mega-proyecto de la industria de petróleo y gas, recibió gran impulso el 9 de noviembre de 2017 cuando Donald Trump encabezó una misión comercial a China organizada por su secretario de Comercio, Wilbur Ross, en la que estuvo el presidente chino Xi Jinping.

China Energy Investment Corp. anunció la firma de un memorando de entendimiento -conocido por sus siglas en inglés MOU-, para invertir 87.7 mil millones de dólares en la construcción de un centro de almacenamiento planeado en veinte años. Útil es saber que el Producto Interno Bruto de Virginia Occidental fue de 72.9 mil millones de dólares en 2016.

Appalachian Storage Hub podría abarcar almacenamiento de líquidos de gas natural, un Centro de Índice de Negociación de Mercado, un epicentro clave de alimentación de oleoductos y una refinería petroquímica.

El desarrollo de la prospección china es impulsado por la construcción de una instalación de refinación petroquímica de 6 mil millones de dólares en Pennsylvania propiedad de Shell Oil.

El mega-proyecto es criticado por grupos de base y pobladores que resisten incluso en tribunales a su construcción porque ven afectados sus intereses, pero el Appalachian Storage Hub tiene respaldo de un poderoso conglomerado que incluye a los representantes de Virginia Occidental en el Congreso, al gobernador y al secretario de Comercio, a la Universidad de West Virginia, a la asociación comercial de la industria química, a la Shell Oil y a la propia administración Trump, entre otros.

Pero no todo es tan fácil. Los pobladores que resisten al proyecto creen que la construcción desarrollaría la extracción de hidrocarburos mediante la técnica de fracturación hidráulica o fracking en las cuencas Marcellus Shale de Pennsylvania y Ohio Utica Shale. Su gran preocupación radica en el temor de que el complejo industrial fomente una segunda y hasta una tercera ola de fracking en la región, desde Marcellus, Utica y Rogersville, que es una capa más profunda de gas y petróleo de esquisto bituminoso. Lo confirmaron en la perforación reciente de algunos pozos comerciales. De ahí que el coordinador de la Coalición por el Medio Ambiente del Valle de Ohio, Robin Blackman, haya declarado al programa de radio Between the Lines que todavía no es comercialmente viable pero el mega-proyecto de financiamiento chino le daría esa calidad.

Quienes respaldan el proyecto dicen por su parte que el Appalachian Storage Hub generaría miles de puestos de trabajo, atraería miles de millones de dólares en inversiones, fortalecería la economía de Appalachia y posicionaría a la región multiestatal en la versión petrolera y gasífera de Silicon Valley; sería, promete, un potencial "campo de sueños".

El proyecto -ha dicho el representante de EU David McKinley- no solo transformaría la región sino que tendría impacto en todo el país al mejorar el dominio de la energía de Estados Unidos. "Establecería nuestra área como una fuerza en la industria petroquímica".

Con todo, no era lo esperado. Trump usó en campaña una retórica belicosa contra China, prometió que el día uno declararía a la potencia asiática manipuladora de la moneda; sus discursos incluían acciones firmadas en el "Contrato de Trump con el votante estadounidense", revertido después abruptamente.

Aparece así otro debate en EU: ¿por qué se ha retrasado la política comercial prometida por Trump sobre China? Salen a la luz enredos financieros de miembros del gabinete presidencial y principales asesores con el gobierno chino y grandes corporaciones.

El Appalachian Storage Hub es tan sólo una muestra de la presencia de China en EU. El desplazamiento de los centros de poder mundial va en serio.

@kardenche

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