Enviado. El secretario Jeffrey Feltman viajó a Pyongyang en diciembre pasado y mantuvo reunión con el gobierno. (EFE)
La ONU se mostró ayer 'esperanzada' por las señales de distensión en la península coreana, tras la reciente visita a Pekín del líder norcoreano, Kim Jong-un, pero pide que todavía no se lancen las campanas al vuelo.
"Es importante gestionar bien nuestras expectativas. Se trata de problemas extremadamente complicados", avisó el secretario general adjunto de Asuntos Políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, antes de abandonar el cargo.
"¿Recuerdan la última Asamblea General de septiembre (...), cuando todo el mundo hablaba con gran preocupación y alarma sobre los ensayos nucleares (de Corea del Norte)? Llevamos cuatro meses sin pruebas militares de este tipo, aunque esto no signifique que haya desnuclearización", expresó.
Feltman viajó a Pyongyang en diciembre pasado, y aunque no se aventuró a precisar cuánto han influido sus encuentros con el gobierno norcoreano en el actual proceso de distensión, aseguró que las reuniones duraron "horas y horas" y que no creía que "alguien fuese a invertir tantísimo tiempo para después no tener en cuenta" sus recomendaciones.