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MÉXICO, D. F.- La Navidad está envuelta de sorpresas, regalos, amor, paz y también de historias que se quedan grabadas en la memoria. Algunas de estas vivencias, que se edifican en esta época, son recordadas con risas y otras, con solemnidad.
Se les quemó el comedor
“Esto sucedió en la Navidad de hace dos años. Estábamos todos con gripa y temperatura, pero no queríamos que pasara desapercibida esta fecha tan especial. En la noche del 24, después de celebrar, nos sentíamos cansados y con sueño. Yo fui de las primeras que se fue a acostar. En la madrugada escuché un estruendo y pensé que se trataba de un cuete, pero mi sorpresa es que más tarde, me percaté de que olía a quemado; me dirigí al comedor y éste se estaba incendiando. Grité para que todo mundo despertara y me ayudara a apagar las sillas y las cortinas que se prendían. El comedor de cristal estaba roto (por eso el tronido). Lo que ocasionó ese accidente fue una corona de adviento que estaba colocada en una base de plástico con velas encendidas y que nadie había apagado antes de irse a dormir. Afortunadamente sólo fue un susto y no pasó de que para la cena de Año Nuevo no hubiera comedor para nuestra cena”.
Rosario Romero .
Recuperó su aguinaldo
“Estaba muy contenta porque había sacado todos mis ahorros (bastante dinero), para comprar los regalos de Navidad.
Desde muy temprano me fui de compras con una amiga. Estuvimos recorriendo las tiendas varias veces, quería estar convencida de que mis compras fueran del gusto de la persona a quien pensaba obsequiarlo. Lamentablemente, cuando me decidí a hacer las compras de las prendas y los artículos que había visto, me percaté que el dinero ya no estaba en su lugar... ¡lo había perdido! Esa tarde estuve muy triste porque ya no daría regalos. Pero, ¡cuál fue mi sorpresa! cuando, que además de recibir muchos regalos, en un aguinaldo de dulces venía exactamente la misma cantidad que yo había perdido. Me puse feliz y al día siguiente pude hacer lo que había planeado para el 24, comprar los regalos”.
Angélica Murillo .
Pasó Navidad en el hospital
“Fue una Navidad muy triste para mí y mi familia. Yo había ido a Veracruz con uno de mis hermanos para instalar un equipo telefónico. El día 24 regresábamos para la cena y convivir con la familia, pero en la carretera México-Tuxpan, en una curva había aceite y la moto en la que iba se fue al barranco. Mi mamá recuerda que estaba checando los detalles de la cena cuando recibió esa mala noticia. Ellos tuvieron que salir de la ciudad para ir hasta el hospital en donde yo me encontraba. Recibieron la Navidad en el autobús y yo, en un hospital. En casa se quedó el pavo sin hacer y los romeritos que tanto me gustan”. Arturo López .
Nadie lo felicita en su cumpleaños
“Como nací el 24 de diciembre, mi cumpleaños invariablemente lo he festejado en una fecha que no es.
Cuando era niño las fiestas las organizaba fuera de este mes para poder invitar a los compañeros de la escuela. Después, ya que estaba más grande, pensaba que sería mejor así porque estaba de vacaciones y podías festejar. Hoy lo festejo el 23 de diciembre, el mero día la mayoría de mis amistades tienen la fiesta de Navidad, andan muy desvelados por las posadas o salen de la ciudad además, por ese motivo, nadie se acuerda de que es mi cumpleaños, ya que es una fecha especial relacionada con la Navidad, cosa que no es muy agradable”.
José Jesús Guajardo Cantú .
Dio a luz a las 23:59 del 24 de diciembre
“Sabía que nacería a finales de diciembre, tenía todo preparado porque cada 24 de diciembre mi familia va de visita a mi casa. Me aventuré a preparar la cena navideña: romeritos y pavo. Después de escuchar el ritual para bendecir las imágenes del Niño Dios, me empezaron las contracciones, así que mi esposo me llevó al hospital. En punto de las 23:59 nació José, mi tercer hijo vivo, ya que el primero no se logró. Ahora, a sus 18 años, festejamos su nacimiento como el del Niño Jesús”.
Guadalupe Zamudio .
