EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

La avalancha: malls chinos

JULIO FAESLER

Contra todo lo que pueda urdir Estados Unidos para detener a China, hoy aparece en México un tsusami de comercialización bajo un inocente esquema de inversión inmobiliaria. El periódico El Financiero informó ayer que el fideicomiso para bienes raíces FIBRA 3 iniciará la construcción del primero de 18 centros comerciales tipo "China Town" que se abrirá en Monterrey en octubre de 2019. En dichos "malls" con concepto de un pueblo chino, se venderán productos de ese país a precios de fábrica. Cada proyecto "icónico" (sic) tendrá 3,360 metros cuadrados de área rentable donde se ofrecerán artículos como gadgets, electrónicos y de moda.

La nota de Karla Rodríguez dice que habrá centros en Ciudad de México, Querétaro y Guadalajara entre otros. La inversión de cada uno será en promedio de 500 millones de pesos. Aparentemente se tienen los permisos necesarios para alojar esta andanada de productos chinos tan bien conocidos que llegan por contenedores y circulan por las calles y penetran nuestros mercados desde los más modestos hasta los sofisticados.

Hace tres años el proyecto de un gran centro comercial llamado "Dragon Mart", ligado a un desarrollo habitacional de varios centenares de casas en Cancún, dentro de un área ecológica protegida, fue objeto de una sólida oposición que afortunadamente logró anular el avance que los promotores habían logrado. Los permisos municipales, estatales y hasta federales estaban listos para ejercerse con beneficios fiscales y supuestas autorizaciones de medio ambiente. Afortunadamente venció la sensatez y una decisión a última hora desautorizó el proyecto.

Ahora, la nueva embestida china llega en forma, no de un extenso centro concentrador de productos de ese país, sino como un simple desarrollo inmobiliario que hilará una serie centros dispersos por la República con locales rentados por los propios productores para ofrecer sus artículos a precios de fábrica.

Hay otra noticia que coincide con el mencionado el anuncio de los proyectados "outlets" del mencionado Fideicomiso de Bienes Raíces 3.

El negociador norteamericano del TLCAN hace saber que el presidente Trump ablanda su intransigencia de imponer un 50% de contenido americano en los vehículos del TLCAN que se vendan en su mercado. La regla de origen aplicable a productos automotores que exigía puede ser más flexible. Esto facilitará que los automóviles y camiones fabricados en México tengan un acceso menos azaroso al mercado de los Estados Unidos. De esta manera estarán en desventaja los autos que lleguen de China. Adviértase por qué se suaviza la posición de Estados Unidos.

Se trata de la lucha ente los dos titanes económicos. Uno de los objetivos del TPP que el Presidente Obama impulsó era contrarrestar la pujanza política y comercial china. Ahora México, como miembro de un TLCAN que probablemente sobreviva su renegociación, es un importante campo de batalla.

La situación es clara. Podemos dejar que nuestros consumidores nacionales gocen sin estorbo el libre mercado que regala la ventaja de optar por productos chinos ofrecidos a precios seguramente más bajos que los productos mexicanos o aun regionales. Podemos, por el contrario, defender la producción mexicana reforzando, donde haga falta con adecuadas cuotas o aranceles, la situación de fabricantes de ropa, electrónica, juguetería, alimentos enlatados y artesanías típicas etc. Afortunadamente el secretario de Economía Ildefonso Guajardo acaba de anunciar que ciertos sectores industriales deben ser protegidos.

El tema es siempre oportuno. La preocupación por los resultados de las próximas elecciones presidenciales no debe distraernos de estar alertas a defender en todo momento nuestra economía. Tampoco hay que dejar pasar la oportunidad que la contienda electoral ofrece de hacer que los tres o cuatro candidatos finalistas se comprometan a respaldar con medidas que apoyen, antes de cualquiera consideración regional, los productos fabricados por mexicanos, hasta los más simples donde por cierto la competencia asiática es feroz.

No debemos ser espectadores, o víctimas, ni de las estrategias comerciales de Estados Unidos ni de China. No estamos frenando la llegada de productos chinos que son fuertemente protegidos en su país dañando a nuestros fabricantes. Tampoco estamos exigiendo un suficiente grado de contenido mexicano en los productos que dirigimos al mercado de Estados Unidos. Son estos dos frentes de batalla comercial que están abiertos y donde confluyen las tareas de las Secretarías de Economía y de Trabajo.

La defensa que hacemos de nuestros intereses en el curso de las renegociaciones del TLCAN debe ser firme y que las reglas de origen protejan nuestros empleos. El proyecto de los 18 centros comercializadores de artículos chinos no es un mero programa financiero. El desarrollo socioeconómico de México requiere un serio compromiso nacional.

[email protected]

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Editorial Julio Faesler

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1443914

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx