Con un nuevo sonido de mariachi que acerca esta música a las nuevas generaciones, salió a la luz "Un mundo raro. Las canciones de José Alfredo Jiménez", un disco tributo en el que participan artistas como Jarabe de Palo, Andrés Calamaro o Lila Downs.
Los temas que incluye este trabajo, que se publica en el año en que se cumple el 45 aniversario luctuoso del artista (1926-1973), son bien conocidos para el público.
Sin embargo, en esta ocasión "El rey" o "En el último trago", entre otros temas, suenan con la "garra" de la música actual, afirma a Efe el productor Camilo Lara.
En la década de los 40 y los 50, explica, el mariachi era "música de jóvenes", pero con los años se fue "estratificando", y acabó, o bien, en producciones elegantes con muchos mariachis -como las que hacían Juan Gabriel o Rocío Dúrcal- o se quedó en las cantinas.
Con "Un mundo raro", es "como si la música mariachi hubiera evolucionado a la par que el rock, y tuviera este lado indie, alternativo", conservando la "potencia y fuerza" de la calle, apunta el productor.
José Alfredo Jiménez Jr. defiende que la música de su padre nunca se ha separado de las nuevas generaciones, y aunque algunos jóvenes no sepan identificar que el guanajuatense es el creador de ciertas composiciones, todos las conocen y las cantan.
"Lo que pasa es que éstos (los que participan en el disco) son cantantes actuales, y tenemos esa facilidad de que los jóvenes van a oír este disco", asegura.
Pone como ejemplo el tema grabado por Ricky Muñoz (vocalista de Intocable), "Serenata Huasteca", el cual "mandaría a las discotecas y a las cantinas, porque es una canción que a la gente le gusta cantar".
El disco fue grabado en México, Estados Unidos, España y Argentina, y contó con la colaboración del grupo estadounidense de folk indie Calexico, que ayudó a encontrar ese nuevo sonido del material.
